Hoy ha muerto en Barcelona el modisto olbense Manuel Pertegaz que, entre
otras cosas, ideó para la cantante Salomé
un vestido de más de 14 kilos de peso a base de canutillos de porcelana
azul, sin contar los tres collares de un
kilo cada uno de ellos, con el que ésta ganó un Festival de Eurovisión
compartido en el ya lejano 1969. También creó el vestido de novia de Letizia
Ortiz, a mi entender de dudoso gusto. Pertegaz estaba en puertas de cumplir un
siglo de existencia. El pasado día 4 también fallecía en Barcelona Carmen del
Lirio, la reina de El Paralelo, y hace sólo tres días Pedro Pubill Calaf,
conocido artísticamente como Peret, uno de los tres padres de la rumba
catalana, junto a Antonio González “Pescailla” y el pianista Joseph María
Valentí, más conocido como “El Chacho”. ¡Ay, los viejos vinilos…! Ya estamos
terminando con las existencias del siglo XX, como si Barcelona fuese el último almacén
de coloniales, como lo fue “El Encanto” de La Habana antes de que llegase Fidel. La prematura
vejez nos está pillando con el lapicero en la oreja, la bata añil y el
ron-quina abrillantándonos el pelo ralo. Algunos tenemos la rara sensación de
haber malgastado la herencia.
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