Pujol ha dicho “me pongo a
disposición de la Justicia
y de Hacienda” como si fuese Tomás Moro poniéndose en manos de Dios frente al
cadalso. Hombre, es que no le queda otra. Pero no se preocupen, no pasará nada.
Mucho ruido y pocas nueces. En España nadie devuelve lo trincado. Ahora hay
casos más importantes y que requieren toda nuestra atención. El asunto del
ébola empieza a ser muy preocupante y más lo será aún si no se controla
debidamente a los “sin papeles” que todos los días intentan trepar por la malla
de Ceuta y Melilla. Porque el problema está fundamentalmente en Sierra Leona,
pero también en Guinea Ecuatorial. De hecho, la OMS ya ha declarado al ébola como emergencia
pública sanitaria de alcance internacional. El sector agrícola español ha
sufrido un varapalo con por la prohibición de Putin de importar alimentos de la CE y la Bolsa está en caída
libre. Rajoy, más galán que Mingo, entiende
que este país va bien económicamente y que la “marca España” se abre camino en
el mundo. Es hablar por no callar. Ya lo dijo Fernando Arrabal: “Solo los loros
aborígenes hablan el esperanto sin acento”. Pero ayer, un editorial de El País,
contaba que “el descubrimiento de un alijo de 127 kilos de cocaína en un pañol
del buque escuela de la
Armada Juan Sebastián Elcano no puede despacharse sin más
como un incidente menor o presumir que se trata de un caso insólito e
irrepetible”. (…) “El caso del Juan Sebastián Elcano produce todo tipo de
inquietudes debido a ciertos indicios de que puede ser la punta del iceberg de
una red de narcotráfico estructurada. Para empezar, lo más probable es que no
se trate de la primera operación de este tipo que se ha perpetrado en el buque;
la cantidad de droga descubierta alimenta la sospecha de que el navío, todo un
emblema de la Marina
española, se ha usado en otras ocasiones para transportar y vender cocaína en
puertos donde hace escala”. Y mientras esas cosas suceden, el ministro de
Defensa hace mutis por el foro y el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas continúa
con sus veraniegos cócteles en Mallorca. ¡Si hoy viviese Tristan Tzara…! Se
murió Carmen de Lirio, que en 1942 formó parte de aquellas “señoritas de
animación” que acompañaban en la pista de circo a Gaby, Fofó y Miliki y que más tarde sería la
reina de las lentejuelas en El Paralelo.
Lo único que perdura con el paso del tiempo es el drama sainetesco, a mayor
gloria de Pedro Muñoz Seca, el abuelito de Ussía.
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