Lucia Caram, dominica contemplativa y presentadora de un programa
de Canal Cocina desde el pasado mes
de abril es una monja muy valiente, que lo mismo ayuda a los necesitados (su
orden da de comer a 1.600 necesitados cada día) que critica a los políticos por
la situación de necesidad a la que las medidas ultraliberales del Gobierno que
preside Rajoy han llevado a millones
de españoles. A Lucía Caram le habían propuesto la Hermandad de Jesús
Nazareno y Nuestra Señora del Rosario, para que fuese pregonera de la próxima
Semana Santa en Teruel. Pero miren
ustedes por dónde, tal iniciativa no le ha parecido aceptable al obispado de
esa diócesis, cuyo titular es Carlos Manuel Escribano Subías. El
obispo en cuestión no ha querido dar explicaciones sobre su negativa a esa
propuesta. Por lo que se desprende, al obispo Escribano no le debe agradar que
una “monja cojonera” sea capaz de afirmar que “mi vida son mis causas y como
mis causas valen más que mi vida, me debo a mis causas. Y esas causas son, evidentemente,
las de los perdedores”. Esta monja argentina declaró hace dos años a La
Vanguardia que “la Iglesia debería aceptar el uso anticonceptivo del
preservativo”. Y en su libro “Mi claustro
es el mundo” (Editorial Plataforma, 2012) señala que un cura que convive
con los sintecho de París le dijo: “La Iglesia es una casa de putas donde he aprendido a
hacer el amor”. Si el obispo de Teruel tiene la última palabra sobre quién debe
ser pregonero de la Semana Santa,
al menos debería explicar las razones que le han llevado a tal negativa. Es lo
menos que se le puede pedir a quien está en poder de la cuerda de palmero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario