Se veía venir. “Cuando, de pronto, aquella jaula / donde estaba el bello animal/ se
abrió, no sé por qué, supongo/ que la habrían cerrado mal…”. Brassens, ¡cuánto te echamos en falta!
Aquí hay que tener ojo al gorila, ojo al tren, ojo avizor y ojo al parche. Si
el fiscal Horrach dice que la ciudadana Borbón no ha cometido delito alguno y la Agencia Tributaria
miró para otro lado, ya tenemos la aplicación de la doctrina Botín con clamor y murga. Que el fiscal
haya aparecido a los ojos de la mayoría de los ciudadanos como el mejor
defensor de la hermana del Rey
parece evidente. Pero haría falta saber la razón inexplicable por la que la Agencia Tributaria,
con excesivo celo en actuaciones de menor cuantía contra el resto de los
ciudadanos, ha actuado de la forma que lo ha hecho. Hay un refrán que dice: “Tanto peca el que mata como el que tira de
la pata”. ¿Para qué sirve la acusación particular de Manos Limpias? Dice
Horrach que “esta mal llamada doctrina Botín impide juzgar a alguien si únicamente
le acusa quien ejerce la acción popular y no la Fiscalía o el perjudicado
del delito cometido”. El perjudicado es el pueblo español en su conjunto, no
hay que olvidarlo, porque la perjudicada
en este caso ha sido la Agencia Tributaria.
Pero a nadie se le escapa que Horrach está a las órdenes del Fiscal General del
Estado, Torres-Dulce, nombrado por
el Gobierno de Rajoy; y la Agencia Tributaria
está a las órdenes de Montoro,
ministro de Hacienda. Y para colmo de la
sinrazón, la hija menor de Juan Carlos se
equivocó al ingresar la fianza de 587.413 euros en una cuenta del Juzgado número 15 de Barcelona en vez de
hacerlo en el Juzgado número 3 de Palma de Mallorca. ¡Hasta eso hizo mal! Demos
por bueno que bailó un dígito a la hora de hacer el ingreso. Pero es que aquí
ya hay demasiados bailes, de salón, claro: chachachá, foxtrot, tango, yenka y salsa. La cuenta
0548
pertenece a Juzgado de Primera Instancia número 15 de Barcelona,
cuando la del Juzgado de Palma es
la 0458". Horrach se agarra como un mono capuchino a los
barrotes de la jaula al hacer referencia al artículo 122 del
Código Penal, que establece que "el
que por título lucrativo hubiere participado de los efectos de un delito o
falta está obligado a la restitución de la cosa o al resarcimiento del daño
hasta la cuantía de su participación". Pero la Audiencia de Palma y el
juez Castro mantienen la imputación
de la ciudadana Borbón por dos presuntos delitos. La duquesa, presuntamente, se gastó dinero público desviado de Nóos a Aizoon en la reforma del palacete de Pedralbes, en obras de arte,
en clases de salsa y merengue, en vestidos, en viajes de lujo y en cumpleaños
infantiles. En casos así lo normal es que hubiesen dimitido el director de la Agencia Tributaria,
el secretario de Estado y el ministro de Hacienda. Pero no ha sido así. Todos
ellos se agarran a sus poltronas como ese niño que se aferra a la silla o a la
mesa camilla cuando el padre pretende enviarle al cuarto oscuro por pegarle a
su hermanita. Todos ellos, y alguno más, han quedado como Cagancho en Almagro. ¡Qué vergüenza! Los españoles no merecemos
estar gobernados por lerdos ni por lacayos de baja estofa.
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