viernes, 22 de mayo de 2015

¿Convidados de piedra?





Que Felipe VI y su consorte asistieran a una cena de gala en Sevilla patrocinada por Airbus una semana más tarde del accidente aéreo del A400M es algo, al menos, insólito. La víspera, con gran criterio, se había suspendido un simposio de directivos de la compañía en señal de duelo en el aeropuerto de San Pablo. Pero lo que más choca entre la ciudadanía es que el Rey no acudiera al funeral del pasado martes en memoria de Jaime Gandarillas, Manuel Regueiro, Jesualdo Martínez y Gabriel García, como así lo hicieron Pedro Morenés, Susana Díaz, el delegado del Gobierno Antonio Sanz y los embajadores de Francia, Reino Unido y Alemania, y participase de un programa festivo que no venía a cuento. Pero no pasa nada.  Durante la cena de gala se guardó un minuto de silencio por los fallecidos. Al menos se acordaron de ellos antes de tomar la cuchara y el tenedor. O sería, tal vez, porque el primer plato dispuesto estaba excesivamente caliente. Si no, no se explica. Más tarde hubo teatro y música árabe. Tampoco venía a cuento. El periódico digital Infolibre, en un evidente estado de indignación, hizo varias preguntas a la Casa Real. Y la respuesta dada desde La Zarzuela fue rotunda: ”En todo aquello que no nos ha entrado en agenda oficial no nos concierne a nuestros efectos de trabajo”. Y se negaron a facilitar cualquier tipo de información. A mi entender, Felipe VI empieza su reinado mal asesorado. Hay que estar a las duras y a las maduras. Hay, también, en juego 31.000 millones de euros en un programa aeronáutico conjunto en el que participan Alemania, Bélgica, España, Francia, Turquía, Luxemburgo y Reino Unido y  sabido es que los técnicos suponen que un fallo en el software del avión fue la causa de ese accidente. De momento, algunos países han suspendido vuelos con esos aparatos. Y en tales circunstancias, una cena “al máximo nivel”, aunque no a nivel de Estado, no ayuda a solucionar los problemas de fondo. Las dificultades, de existir, se deben solucionar a pie de obra y en las oficinas técnicas. ¿Por qué los Reyes acudieron a esa cena de gala, supongo que como convidados de piedra, y no al funeral por las víctimas? Que alguien me lo explique para que pueda entenderlo.

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