Ignacio Escolar,
en Eldiario.es hace dos recordatorios
para las mentes débiles: uno para el PP y otro par el PSOE. Para el PP: “¿Recuerdan -señala Escolar- cuando el PP empezó a mandar
en el Ayuntamiento de Madrid? Fue hace más de un cuarto de siglo, en 1989,
gracias a lo que Esperanza Aguirre
ahora llama “una alianza de perdedores”: una moción de censura del segundo y
tercer partido contra la lista más votada. El PP (20 concejales) hizo alcalde
al CDS de Rodríguez Sahagún (8
concejales) para quitarle la alcaldía al PSOE de Juan Barranco (24 concejales)”. Pues bien, el PP desea ahora que
gobierne la lista más votada. La derecha, no sé la razón, siempre desea cambiar
las reglas de juego a mitad de la partida. ¿Y en Andalucía? Se lo preguntó
ayer a Rajoy un periodista y el
presidente del Gobierno salió por los cerros de Úbeda. Rajoy hace lo de Groucho Marx: “Esta es mi ley electoral.
Si no le gusta, tengo otra”. Para el PSOE: “Pedro Sánchez, septiembre de 2014: "El PSOE no va a pactar con
el populismo". El populismo entonces era Podemos y ni siquiera se les
llamaba por su nombre. Hoy el discurso es algo distinto”. Otra que tal baila,
Esperanza Aguirre, tiene débil la memoria. Ya no recuerda, según parece, cundo
llegó a la Comunidad
de Madrid gracias a dos tránsfugas: Tamayo
y Sáez. Y voy a correr un tupido
velo sobre el caso de Demetrio Madrid,
que fue de libro. Como señalaba Jorge M.
Reverte en una columna de El País,
“Madrid ha quedado libre del síndrome Esperanza, que condenaba a la ciudad a
estar dirigida por una alcaldesa que no explica bien sus ingresos y explica muy
mal sus oscuras maniobras políticas del pasado”. Burgos, en ABC de Sevilla
decía ayer: “¿Cómo se pueden poner elecciones municipales el Domingo de
Pentecostés, sabiendo lo rocieros que son los votantes sevillanos del PP y lo
complicado que es votar por correo? En fin, en este revoltijo de amenidades la
chirigota está servida.
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