Hay puntos suspensivos que producen desasosiego y las
noticias deben contarse tal cual, sin producir ansiedad en el lector. Así, una
noticia aparecida en Heraldo de Aragón
señala textualmente: “Con pistola… en una ruta escolar de Teruel”. No entiendo
la razón por la que se han puesto puntos suspensivos después de la palabra
pistola. Lo correcto, a mi entender, hubiese sido dar la noticia sin crear prevención,
o sea, haber escrito: “Con pistola simulada en un autobús de Teruel”. A mi
entender, en la praxis es menos dañina una pistola simulada que un
destornillador o que unas tijeras. Según
la noticia facilitada, “el sujeto ha subido al autobús en el municipio de
Caudé para que le acercaran a la capital turolense ya que es un
servicio de uso compartido”. (…) “La alerta ha surgido cuando otro pasajero que
se encontraba en el interior del vehículo ha comprobado cómo el hombre portaba un arma en su
cinturón. Por ello, ha avisado a la Policía, que se ha
desplazado hasta el lugar previsto donde finaliza la ruta para detenerlo”.
Tampoco entiendo la razón por la que al portador de la pistola de aire
comprimido desde la prensa se le llama sujeto y no ciudadano. ¿Acaso se trataba
de un quinqui en época franquista? El caso es que, mas tarde, una vez detenido,
los agentes pudieron comprobar que no se trataba de un arma de fuego, sino de
una pistola de aire comprimido marca Gamo,
modelo C-15, de venta en las armerías
sin ningún tipo de requisito previo y contemplada
como de categoría 4 en el artículo 54 del Real
Decreto 137/1993, de 29 de enero. Las pistolas detonadoras, que no hace al
caso de ese ciudadano cuyo nombre no se facilita en la nota de prensa, pertenecen
a la categoría 7. En el artículo 54 (sección II) de esa ley se señala que “las
armas de la categoría 4 se podrán adquirir y tener en el propio domicilio, sin
otro trámite que la declaración de la venta, la clase de armas y los datos de
identidad del adquirente al Alcalde del municipio de la residencia de éste y a la Intervención de Armas
de la Guardia Civil”.
Estamos de acuerdo en que no se pueden llevar al cinto por la calle. En
resumidas cuentas, mucho ruido y pocas nueces. La misión de la prensa escrita
consiste en contar las noticias sin producir alarma. Y en ese caso, los puntos
suspensivos sobraban. Lo que tampoco sé es si Heraldo de Aragón dispone de Manual de Estilo en sus diversas
acepciones: desde un punto de vista ético, semiótico (no confundir con
semántico) y lingüístico. De nada sirve observar con pulcritud lo ético y lo
lingüístico si existe desorientación sobre el modo de presentar sus materiales.
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