Hoy Luis María Anson,
en su “Canela fina”, en El Mundo, está que lo tira: le escandaliza que Madrid y Barcelona estén gobernados por
partidos de extrema izquierda, que Cataluña se ha hecho ingobernable, que los
de CUP promueven la desobediencia generalizada, que la propaganda proetarra se
enseñorea en el País Vasco, que en Baleares, Canarias, Galicia y Andalucía se
multiplican los conatos secesionistas, que en media España y en casi todos los
canales de televisión se les ha perdido el respeto a la Familia Real, que a Juan Carlos I se le desmontó del
pedestal del Ayuntamiento de Barcelona y que en el estadio de esa capital se le
pitó a Felipe VI y al himno
nacional…uf, demasiado para Gálvez.
Aquí, por lo que se desprende, sólo faltan otros sucesos como los de Casas
Viejas en 1933, o quemar vivo al cardenal
Antonio Cañizares, como
antaño se hizo con el obispo de Sigüenza, por “criminalizar” a los refugiados. “¿Esta
invasión de migrantes es todo trigo limpio?”, dijo el pasado miércoles en el Fórum
Europa-Tribuna Mediterránea, y añadió que “muy pocos viene por ser perseguidos” y puso la guinda sobre
la oblea al preguntarse “¿qué quedará de Europa al aceptar esa mezcla?”.
Asombran tales declaraciones en boca de ese cardenal y arzobispo de Valencia
cuando hasta el papa Francisco desea
que se acojan migrantes en todas las parroquias. Lo de las “mezclas” es racismo puro y duro. En España, por cierto,
estamos muy acostumbrados a las mezclas, si tenemos en cuenta que la Reconquista duró casi
ochocientos años. España es el fruto de un proceso evolutivo y, también, de
cambios fonéticos. Por aquí pasaron iberos, celtas, celtíberos, cartagineses
visigodos, árabes… Y muy cerca de los tiempos actuales, en 1674, se intentó en
Cádiz que los catalanes pudiesen tener consulado propio para comercializar con
las Indias; durante la época de los Austrias cada territorio continuaba con sus
leyes propias y organización medievales; y la Guerra de Sucesión no comenzó en España hasta 1704, a pesar de haber
accedido al trono Felipe de Anjou en
1700 por testamento de Carlos II.
Puede que tenga razón Anson cuando entiende que se nos están cayendo los
sombrajos al suelo, bueno, él dice, “se
desmorona el régimen”, que tal es el título de su artículo. Aquí lo que se
desmorona es el bipartidismo corrupto e ineficaz. El régimen que tanto añoran
algunos politicastros de la cruz y la espada se desmoronó hace 40 años, con la
muerte de Franco. Por cierto. ¿en
qué ha notado Anson que se ha perdido el respeto a la
Casa Real? Debería explicarse y concretar.
Le recuerdo a Anson que el que pidió perdón a los españoles por su safari en
Botsuana fue Juan Carlos I; y los que están imputados en los tribunales de
justicia son la infanta Cristina y
su consorte, Iñaki Urdangarín. Dicho
de otra manera, a los que se les ha perdido el respeto es a los ciudadanos, que
corremos con los gastos de mantenimiento del Gobierno, de la Iglesia Católica y de la Corona, entre otros. Cada
cosa en su sitio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario