Las pretensión de subidas de algunas tasas municipales que
el Ayuntamiento de Zaragoza, que preside Pedro
Santisteve de ZeC con el apoyo de de CHA y PSOE, deseaba llevar a cabo para
sanear sus maltrechas cuentas se han venido abajo por decisión de los ediles de
PP, PSOE y Ciudadanos, que suman 20 ediles, frente a los 9 que ostenta Zaragoza
en Común y 2 la Chunta Aragonesista.
Santisteve pretendía incrementar el IBI de uso residencial y el IAE para tener
un respiro en el cashflow de la caja
de todos. Se da la circunstancia de que el actual consejero de Hacienda del
Gobierno de Aragón, el socialista Fernando
Gimeno fue, además de vicealcalde, el encargado de la Hacienda municipal en el
Consistorio hasta el último resultado de las urnas. Él sabe mejor que nadie la
dramática situación por la que pasa el Ayuntamiento. Por otro lado, Pablo Echenique, de Podemos, había
dicho a los medios que, si no se permitía sacar adelante los proyectos de
Santisteve, tampoco se ayudaría a aprobar el proyecto de ley de Presupuestos de
la Comunidad
para 2016. Y en esas estamos. Si no se ayuda a sacar los Presupuestos adelante,
posiblemente la cosa se complica y podría haber una prórroga de los actuales
para el año que viene. El actual alcalde, a mi entender, tiene un gran
problema. Si PP y PSOE (16 ediles de 31) le “hacen la pinza” de forma
sistemática, le anticipo que le esperan cuatro años terribles. Ahora se
entiende la razón por la que el PSOE “sacrificó” a Pérez Anadón y “entregó” la Alcaldía a Santisteve. Por un lado, para
manejarle como una marioneta; por otro como contrapartida a permitir que Javier Lambán (PSOE) se hiciese con las
riendas del Gobierno de Aragón y, de ese modo, lograr enviar a Luisa Fernanda Rudi (PP) al cementerio
de elefantes, o sea, al Senado, que es el lugar donde terminan las “viejas
glorias” cuando tiene holguras en sus bielas. Si aplicamos el lenguaje taurino,
ya recibió Santisteve el primer aviso
con el cambio de nombre del actual Pabellón
Príncipe Felipe por el de Pabellón José
Luis Abós. El asunto está en los tribunales de justicia. El segundo aviso
le llega ahora, con el rechazo de “los tres grandes” de las ordenanzas fiscales
presentadas por el quipo de Zaragoza en Común. No se sabe todavía cuando
llegará el tercero de los avisos, el clarín y el pañuelo verde que le devuelva
a los corrales por falta de trapío; es decir, por una moción de censura que
auparía a Pérez Anadón con la abstención del PP, la ayuda de los 4 ediles de
Ciudadanos y los 2 ediles de la
CHA (total: 12) a la Alcaldía y, de ese modo, poder alzarse el PSOE
con el santo y con la peana tanto en el Ayuntamiento como en el Gobierno de
Aragón. Lo malo es que esa suma (12) sería muy corta frente a los (9 de ZeC más
los 10 del PP que harían mutis por el foro) restantes. Pero a Pérez Anadón,
además, le “salvaría” que PP y ZeC son
tan difíciles de ligar o de aliarse como el aceite y el agua. Decía Maquiavelo que “la naturaleza de los
hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos
y humildes en la adversidad”. Lo que no entiendo es lo dicho por el concejal
del PSOE Javier Trívez: “Los socialistas proponemos una reducción de todos
los impuestos municipales para todos los ciudadanos que lo necesiten”, cuando
los socialistas fueron quienes dejaron la mayor deuda viva en el Consistorio,
como demuestran tanto el Tribunal de Cuentas como las últimas auditorías
internas. Este tipo no desea mandar el toro al corral por falta de fuerzas,
sino darle la puntilla mientras canta La
salvaora y saluda al respetable con cara de fullero haciendo leyenda. Como
si lo viera… ¡Joder, qué tropa!
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