Los técnicos del Ministerio de Hacienda aseguran que los
billetes de 500 euros ya suponen el 75 por ciento del dinero en circulación en
España, lo que equivale a 45.528 millones de euros. Esos datos vienen a decir,
así lo entiendo, que existe mucho dinero oculto de dudosa procedencia. Mario Draghi esta considerando
retirarlos “por la creciente preocupación de que están siendo utilizados para
actividades delictivas”. Si Draghi se refiere, supongamos, a la corrupción de
los partidos políticos y a determinados empresarios poco ejemplares da en el
centro de la diana. Hay que pensar que el peso de los billetes grandes sobre el
dinero total en España es más del doble que en la zona euro. Esos datos deberían
hacer reflexionar a los políticos. Aquí hubo una burbuja inmobiliaria tremenda;
una corrupción política que está aflorando en los peores días para Mariano Rajoy como porquería que sale a
la superficie reventando alcantarillas y cloacas; una financiación al terrorismo por parte de
las mafias todavía sin cuantificar; unas cajas de ahorro manejadas a su antojo
por políticos y sindicalistas pésimamente administradas, que obligaron al
Estado a entregar a tales insensatos más de
250.000 millones de euros (entre los 63.000 millones de inyecciones de
capital, avales por 134.000 millones, y 50.000 millones que había costado el
Sareb, es decir, el banco malo) de diversas formas: algunas fueron a fondo
perdido (el Estado regaló directamente ese dinero), otras tomaron la forma de
inversión (si la cosa salía bien el Estado podía ganar dinero; si salía mal,
perdía), otras de préstamo, otras de garantías (los bancos pidieron dinero
prestado a otros bancos o al Banco Central Europeo con el respaldo del Estado,
de forma que si llegado el momento, al no ser capaces de devolver el dinero,
quien debe pagar es el Estado). Tanto Rodríguez
Zapatero como Rajoy aseguraron que ese dinero (el que prestó la Unión Europea al FROB) era
prestado a esas entidades y se devolvería. Y el FROB, también se dijo,
entregaría el dinero a la banca y a las cajas con un interés del 8% a devolver
en cinco años. ¿Lo han devuelto? Naranjas de la China. Aquí, o se hace una
purga de sinvergüenzas de inmediato, o la ciudadanía harta de sufrir estallará
de forma imprevisible como esas alcantarillas que ahora le están reventando a
Rajoy en su cara. Hernández Moltó,
expresidente de la quebrada Caja de Castilla-La Mancha y con un sueldo de
129.000 euros al año, explicaba hace pocos días a un juez que era un “animador sociocultural”
de la primera entidad rescatada después de Banesto. Eso sí, nos dejó para la posteridad un aeropuerto de Ciudad Real sin aviones. Pero eso tambiín sucedió en Castellón y en Huesca. ¿Y qué hacía mientras esas
cosas sucedían el gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez? Supongo que mirarse la bragueta o tener la mirada perdida en la fuente de la Cibeles. ¡Pobre España! Entre todos la mataron y ella sola se murió.
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