La prensa comenta que
José
Luis Urrusolo Sistiaga, alias
Joseba
y
Langile, antiguo miembro del
Comando Madrid, ha salido
definitivamente de la cárcel alavesa de Zaballa tras cumplir 19 años de prisión
acogido a la llamada
vía Nanclares
para etarras arrepentidos. Bueno, pues ya está. Es un ciudadano libre que ha
pagado sus delitos con la sociedad, pese a ser consciente de que a los muertos,
salvo a
Lázaro de Betania, no se les
puede resucitar. ¿Merecía más años de cárcel? No lo sé ni debo yo juzgarlo.
Pero resulta curioso que determinada prensa de papel, que incluso presume de
centenaria, y que aplaudió en su día con fogosos editoriales las ejecuciones
sumarísimas del franquismo; años más tarde, es decir, ahora, se permite dar lecciones
de Derecho Penal y de democracia a sus lectores. Es así de osada. Menos mal que
existen las hemerotecas para demostrarlo. Y en las hemerotecas consta ,
también, que a Urrusolo se le atribuyeron muchos delitos: la voladura del
edificio de Telefónica de la calle madrileña de Ríos Rosas, el atentado en la
también madrileña Plaza de la República
Argentina, el secuestro de
Diego Prado y Colón de Carvajal, la organización del secuestro de
Emiliano Revilla, su responsabilidad en
el asesinato del catedrático
Manuel
Broseta, su participación en el envío de un paquete-bomba al presidente de
un empresa vinculada con la construcción de la autovía de Leizarán que mató a
dos policías que trataban de desactivarlo, su intervención en otro
paquete-bomba contra un alto cargo del Ministerio de Justicia en el murieron
tres artificieros de la policía, etcétera, etcétera. Por todos aquellos delitos
le cayó encima todo el peso de la
Ley y se le condenó a 900 años de internamiento. Pero en
cualquier cabeza cabe que tal condena sólo se le podría haber impuesto y
aplicado a un individuo que se llamase
Matusalén,
hijo de
Enoc, padre de
Lamec y abuelo de
Noé, que según la
Biblia y el
Torá samaritano vivió 969 años. Y si nos
atenemos a
Lucas 15:10: “Habrá más
gozo en el Cielo por un pecador que se arrepiente que por 99 justos”. José Luis
Urrusolo es a día de hoy un ciudadano libre, como usted y como yo. Así de
simple.
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