sábado, 1 de agosto de 2020

Botifler



Se empieza a decir en Cataluña con demasiada frecuencia una vieja palabra cuya etimología desconozco: botifler. He mirado por ahí por ver si tal “palabreja” me aportaba algo de luz. Ferrán  Bono  (El País, 04.11.2017) señalaba que “designa despectivamente a los seguidores de los Borbones y, por extensión, los separatistas la emplean contra todos los españoles opuestos a la independencia de Cataluña”. Es decir, casi todos los españoles, a excepción de los que presumen de ocho apellidos catalanes y de los charnegos recalcitrantes (los vascos les llamarían maquetos) que se sienten más catalanes que nadie somos bortifleres, o como diantres se diga. Ya parece que lo voy entendiendo. En ese mismo trabajo, sigue contando Ferrán Bono que  “dos son las principales teorías sobre su origen: una sostiene que es una creación culta del habla de influencia francesa y otra apunta a una invención popular autóctona. La primera se remonta al sintagma francés beauté fleur (“la bella flor”), en alusión al lis del escudo de armas de la Casa de Borbón. De beauté fleur a botifler no hay más que un paso fonético. Una derivada postula que el término viene de la adaptación del apellido del mariscal Louis François de Boufflers (1644-1711) y así se documenta a principios del XVIII en algunos textos”. Por otro lado, Emili Casanova, catedrático de Filología Catalana de la Universitat de València entiende que  “podría tener también el sentido de una persona conservadora”.   Para  Francesc Moll y Joan Coromines (“Epistolari”)  botifler comparte raíz (botir) con botiró, palabra usada para referirse a los soldados borbónicos que lucharon en favor de Felipe V durante la Guerra de Sucesión.

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