Españoles por el mundo
Quién sabe. Tal vez el programa de la televisión
estatal “Españoles por el mundo” en
su nueva temporada, cuando menos lo esperemos, emita cómo vive Juan Carlos de Borbón en la diáspora, es decir, en Abu Dabi, en la suite de un hotel
que cuesta 11.000 euros por día. Algunos juristas entienden (según ha reflejado
Eric Sopena en El Confidencial, 05.08.2020) que “la defensa de la Corona pasa por
la rendición de cuentas presuntamente delictivas del monarca emérito. Inviolabilidad no es ausencia de
delito. Podría ser un delincuente, aunque fuera inviolable. Se podrá discutir
el alcance jurídico de su inviolabilidad, pero si el dinero es ilegal, debe recuperarse;
y quienes le hayan ayudado, deben ser encausados. No vale lo de a ‘enemigo que
huye, puente de plata’. Si transgrede el Código Penal en sus actos privados,
delinque”. De la misma manera, ese diario digital recordaba lo que profetizó el
pasado día 3 en su blog Iñaki Anasagasti: “Sé que esto no
acabará aquí. Una fotografía de Juan Carlos con sus amigotes, una cuba libre en
la mano y esa risotada borbónica, va a ser la mecha que encienda de una vez la
voladura total de La Zarzuela”. Lo de Juan Carlos no es un exílio, que nadie lo
entienda así, sino una huida hacia adelante. Exilio fue lo de su abuelo, al que
el Gobierno de la República le instó el 14 de abril de 1931 a que se marchase
de España antes de la puesta del sol. En este caso, Sofía de Grecia se ha quedado en Mallorca, en el Palacio de Marivent,
antigua residencia del pintor Juan de
Saridakis y en la actualidad propiedad de la Comunidad Autónoma de las
Islas Baleares. Victoria Eugenia de
Battenberg y su prole, en cambio, tuvo que tomar un tren al día siguiente
de la marcha de su marido en El Escorial con destino a Irún. Sólo la acompañaba
aquella mañana en el andén Romanones.
Todo muy triste.
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