lunes, 24 de agosto de 2020

Un sainete inconcluso



Ramón Reig, catedrático de Estructura de la Información  de la Universidad de Sevilla está “sembrado” en su artículo del pasado 20 de agosto (“Podemos y Vox, efecto, no causa”) en El Correo de Andalucía. Viene a decir que el malestar del ciudadano corriente produjo el nacimiento de dos partidos políticos llenos de odio que ofrecían falsas esperanzas a los desheredados del mal llamado “Estado del Bienestar” definido  por un cierto nivel de desarrollo económico que garantizaba empleo y rentas a la población y un sistema público de recursos que avalaba la cobertura de servicios básicos y la corrección de las situaciones de necesidad no cubiertas por el mercado. Pero ese “Estado del Bienestar” se concibió al estilo corporativista. Había otro modelo: el modelo socialdemócrata de los países del norte de Europa, con mejores ingresos laborales, altos impuestos y carencia de políticas subsidiarias. Pero el modelo corporativista estaba basado en el principio distributivo donde  existían los subsidios. Y dentro de ese modelo, apareció un subgrupo en el sur de Europa (España, Italia, Grecia y Portugal) donde daban importancia relevante a la familia y se debilitaba el papel de la mujer (con salarios inferiores a los del hombre) con un nivel de compensación bajo. Y se establecía un nefasto sistema piramidal de reparto para el pago de las pensiones contributivas y asistenciales, como bien señala Susana Gómez Nuño en un espléndido artículo (“La crisis del Estado de Bienestar en España”,  Nueva Revolución,  29/10/19).  Pero volviendo a Ramón Reig, ese catedrático sevillano señala que “ya está bien de recurrir a la llamada transición ejemplar -costó cerca de 200 muertos por represiones oficiales y oficiosas-, no es lo mismo pasar de un régimen a otro en 1975 cuando casi te están apuntando los militares del ejército franquista con una pistola en la cabeza que estar en 2020 y seguir con situaciones de 1975. Aquí toda la culpa de lo que pasa o es de Podemos o es de Vox como si estuvieran ahí en la Historia desde el siglo XIX y como si después de la constitución de 1978 no hubiera pasado nada y España y el mundo hubieran sido un país de color de rosa”. (…) “La transición fue un cambiar todo para que todo siguiera igual, con tal de no ajustar cuentas con los responsables de la dictadura se dictó una orden de amnistía general. Borrón y cuenta nueva, lo cual se puede comprender en 1975 y 1977 pero, ¿también en toda la década de los 80, los 90 y primeros diez años del siglo XXI?” (…) “Después empezaron los casos de corrupción del PP y del PSOE mientras a nivel internacional se envalentonada el neoliberalismo perjudicando nuevamente al ciudadano medio, los jóvenes veían aumentar su desesperanza, las universidades incrementaban su papel de fábrica de parados, si los hombres veían turbio su presente y su futuro las mujeres lo contemplaban negro por el hecho de ser mujeres”. En el fragor del disparate, surgieron esos dos partidos ultras, uno de izquierdas y otro de derechas, dispuestos a vomitar odio contra todo lo que se moviese. Y, también, el notorio desprestigio del anterior jefe del Estado impuesto por Franco. Y en esas estamos. No sabemos todavía cómo terminará el sainete.

No hay comentarios: