En España se ha pasado de decir que “todos son juancarlistas”
a matizar que “el hijo no es como el padre”. Según se desprende, da la sensación
de que ningún fiscal se atreve a imputar al Emérito por sus presuntos
desafueros fiscales por encontrarse bajo la negra sombra de la higuera. El que
se atreva a salirse del círculo de esa sombra se expone a que la luz solar le ciegue o le prenda la toga enpuñetada de
ganchillo como si fuese yesca. Ninguno de ellos desea terminar como Baltasar Garzón, devorado por Saturno (ahora sería por Dolores Delgado) como en la quinta del
Sordo. Aquí todo se pinta con fondo oscuro y a grandes brochazos. Los españoles,
al fin, vamos comprendiendo que la Constitución del 78 no se puso en marcha
para desengancharnos de un pasado ominoso, sino para reinventar la instauración
de una nueva monarquía parlamentaria envuelta en un saco amniótico republicano.
Todo muy raro. Dice Javier Pérez Royo que “la quiebra de la
presunción de legitimidad del rey es la única que comporta una quiebra de la
presunción de legitimidad del Estado. Cuando dicha quiebra se aborda de
manera opaca, la recuperación de la confianza ciudadana en la legitimidad del
Estado resulta muy difícil, por no decir que imposible. Sin una investigación
exhaustiva de lo que ha sido la trayectoria del rey Juan Carlos I durante los años de su reinado, que únicamente la
pueden hacer las Cortes Generales, no hay forma de que los ciudadanos puedan
llegar a recuperar la confianza en la institución monárquica. Y si la Monarquía
no puede resistir una investigación de ese tipo, pues simplemente tendrá que
dejar de ser la forma política de la democracia española”. El expresionismo
se dio en la pintura, pero también se está perfilando en la política. A Cronos (homónimo griego de Saturno) se
le representaba relacionado con el tiempo y las estaciones. Empuña una guadaña
que usó para castrar a Urano, su
padre, y así destronarlo. Y para evitar correr el mismo destino que éste,
decidió devorar a sus hijos. Solo se salvó Zeus,
el sexto vástago, escondido por su madre en la isla de Creta. Ya lo decía mi
paisano Goya: “El sueño de la razón
produce monstruos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario