domingo, 14 de marzo de 2021

Las cenizas del difunto

 


Recuerdo haber leído que al destacado genetista boliviano Gonzalo Taboada, a raíz de un tremendo accidente de tráfico, afirmar que resulta imposible realizar los exámenes de ADN de restos de personas fallecidas si están completamente calcinados. Viene a cuento con lo leído hoy en El Periódico de Aragón, que hace referencia a un cura estafador, David Vargas, que vendió una reliquia que podría falsa a la orden religiosa Hijos de la Sagrada Familia; más concretamente, las supuestas cenizas de las vísceras del santo Josep de Manyanet, fallecido el 17 de diciembre de 1901 y contenidas dentro de un arca atribuida a  Antonio Gaudí. Manyanet fue canonizado por Juan Pablo II el 16 de mayo de 2004. Ahora un juez de Barcelona ha ordenado al Instituto de Medicina Legal de Cataluña el análisis de las supuestas cenizas del santo que la orden religiosa compró por 8.000 euros. Señala la nota de prensa que “cuando los clérigos abrieron la caja, que estaba sellada, se percataron de que las cenizas que contenía no parecían corresponder a las entrañas de un cadáver sino a huesos humanos desconocidos, ya que  los restos de Josep de Manyanet se conservan en un relicario que la congregación custodia desde que fue exhumado en tiempos de la Guerra Civil”. Al parecer, el cura estafador, hoy suspendido a divinis, fue detenido por los  Mossos de Esquadra el 5 de diciembre de 2019 y,  días después, cuando supo que la policía había encontrado una maleta con dinero y joyas procedentes de otras presuntas estafas en el registro de su domicilio, intentó suicidarse arrojándose desde un puente de la Ronda de Dalt, en Barcelona. Una rocambolesca historia con final incierto que hubiese podido inspirar a Agatha Christie de no haber fallecido en 1976.

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