martes, 2 de marzo de 2021

Una efeméride

 


El 11 de diciembre de 1474 moría en Madrid  el hijo de Juan II y María de Aragón, hermano paterno de Isabel, que había sido rey de Castilla desde 1454. Me refiero a Enrique IV el Impotente. El 10 de mayo de 1475 el ejército portugués entró en Plasencia al mando de su rey con catorce mil infantes y cinco mil setecientos jinetes. Allí­ le esperaba la sobrina de Isabel, Juana de Trastámara, de trece años de edad, que fue proclamada reina de Castilla y de León y casi al tiempo se casó con su tí­o Alfonso V el Africano (viudo de 43 años), rey de Portugal, alzándose también con el tí­tulo de rey de Castilla y de León. Era la respuesta de la hija del rey difunto a su tía Isabel de Trastámara, autoproclamada reina de Castilla un año antes (el 13 de diciembre de 1474)  en la iglesia de San Miguel, en Segovia. Una vez proclamada Isabel, Alfonso V de Portugal exigió que ésta renunciara a la corona en favor de Juana si quería evitar la guerra. Cuando llegó la carta, los portugueses ya habían cruzado la frontera por Extremadura con 1600 peones y 5000 caballeros. Tras dos años de tiras y aflojas, se decidió dilucidar quién sería la reina de Castilla por medio de las armas. Finalmente la batalla por el trono de Castilla  tuvo lugar en las cercanías de Toro (Valbusenda) en la lluviosa noche del 1 de marzo de 1476.  Como ya es tradición, ayer lunes se celebró en la campa donde tuvo lugar el lejano combate un homenaje recordatorio de la efeméride en su 445 aniversario, donde se reunieron miembros de las Fuerzas Armadas, representantes de la Policía Nacional, el subdelegado del Gobierno, el presidente de la Diputación de Zamora y el alcalde de la Ciudad de Doña Elvira. Este año, debido a la pandemia de coronavirus, ignoro si se habrá celebrado en el Restaurante Nube, situado en las cercanías de la Batalla de Toro, el tradicional almuerzo junto al monolito conmemorativo como viene aconteciendo desde hace casi una década. El año pasado, el menú, con un precio de 45 euros por comensal, fue el siguiente: aperitivo:”samosa de berenjena y queso de oveja zamorano”; entrante: “huevo a baja temperatura sobre base de alboronía”; pescado: “bacalao cecial acompañado de guiso de lilíaceas; carne:”cordero churro castellano cocinado al caldero”;  prepostre:”aloja de vino Valbusenda”; y postre:”áspic de frutos silvestres con helado de leche”. Seguro que tras ese excelente banquete no hay batalla que se resista en Toro y su alfoz.

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