sábado, 1 de mayo de 2021

Sindicatos de pancarta y fular

 

Cada año que transcurre, desde hace ya tiempo, parece normal ver manifestaciones convocadas por los diversos sindicatos cada primero de mayo. Se trata de una fiesta civil, la Fiesta del Trabajo, que durante la dictadura de Franco adoptó el nombre eufemístico de san José Obrero. La Fiesta del Trabajo tuvo su origen en el siglo XIX en Chicago cuando los obreros reivindicaron una jornada laboral justa. Lo cierto es que  somos muchos los que entendemos que la función de los sindicatos en España no va acorde con los tiempos. Julián Quirós, director de ABC, entiende que “las manifestaciones del 1 de Mayo hace lustros que no son la expresión de los trabajadores porque los trabajadores reales por allí ni aparecen. Son la representación del sindicalista profesional, o funcionario liberado, porque uno y otro vienen a resultar casi lo mismo. Una casta, unos tipos, tipas y tipes hábiles e ingeniosos que supieron desde muy pronto arreglarse ricamente el porvenir. La pregonada gran reforma de la administración no se producirá nunca, porque lo impedirán los liberados sindicales”. Por otro lado, Ramón Reig, en El Correo de Andalucía, entiende que “El sindicalismo en España lleva ya mucho tiempo en crisis si pensamos que las organizaciones se miden por sus afiliados y por su poder de influencia. El individualismo de la posmodernidad se extiende al mundo laboral. El teletrabajo es otro factor de diáspora, la clase trabajadora se va olvidando de que la unión hace la fuerza y pierde su conciencia de colectivo porque su pluralidad de intereses y la tendencia centrífuga del sujeto lo llevan por otros derroteros”. Los sindicatos –sigue diciendo Julián Quirós hoy en ABC- son ajenos a los seis millones de parados (los que cobran subsidio más los que cobran ERE, es decir, los que cobran paro registrado y los disimulados) “mientras los Presupuestos de Sánchez aumentan las regalías de UGT y CC.OO. Callan, cobran y otorgan. Normal que la estrella invitada en la manifestación de este año sea la ministra de Desempleo”. Estos sindicatos “de pancarta y fular”, como los llama Jesús Lillo, confunden las colas de la sopa de conventos con las colas para asistir a un espectáculo de variedades.

 

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