domingo, 19 de septiembre de 2021

El morreo

 

 


El Diccionario de la RAE define el morreo como un vulgarismo que consiste en “besar a alguien en la boca de forma insistente y prolongada”. El “beso francés”, es decir, el beso con lengua, parece ser que lo llevaron las legiones romanas hasta Francia durante la expansión del Imperio, aunque ya estuviese presente en el Kamasutra 1500 años a.d.C. Pero en aquel texto hinduista, al menos que yo sepa, nada se decía sobre cómo se debe beber la cerveza a morro.  Según Antonio Burgos (“Botellines a morro”, ABC de Sevilla, 26/6/21) “la moda entró en España con la cerveza mexicana Corona, que decían que lo elegante y propio era tomarla sin vaso, a morro, con una rodaja de limón puesta en el gollete que había de introducir dentro de la botella”. Puede, no sé. Algo parecido está sucediendo con las botellitas de agua mineral. Lo de la cerveza es un error, por varias razones. La cerveza necesita “despertarse”, es decir, oxigenarse para potenciar sus cualidades aromáticas,  permitir que escape parte del dióxido de carbono que contiene y evitar la sensación de hinchazón que produce en la oficina de las tripas. No cabe duda de que la cerveza bien tirada en el grifo, y a poder ser en un buen vidrio, nos permite oler su aroma y poder ver su color y su espuma. Me dejo lo más importante: rechazar una cerveza tirada en vaso de tubo (ese vaso Collins que debería ser borrado de la faz de la tierra) ya que no permite introducir la nariz para apreciar sus aromas.

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