viernes, 3 de septiembre de 2021

Sobre un reciente Facebook de Ángel Pedrosa

 


El pasado 31 de agosto leí algo que aparecía en Facebook escrito por Ángel Pedrosa que me hizo recapacitar. Su escrito estaba bajo una foto en blanco y negro del gallego José Suárez (Allariz, 1902- Guarda, 1974)  durante su recorrido por La Mancha  en 1965. Su deseo era poder captar imágenes a fin de poder realizar un catálogo de fotografías en blanco y negro y que ese mismo año vio la luz bajo el título “La Mancha. José Suárez”, producida por el Instituto Cervantes de Lisboa con el apoyo de Ferroser. Contiene la reproducción de 42 de las fotografías expuestas, con textos de Xosé Luis Suárez Canal, comisario de la exposición, Teresa Siza, directora del Centro Portugués de Fotografía (Oporto); y Ramiro Fonte, director de Instituto Cervantes en Lisboa.  “En su trabajo se analizan (como puede leerse en el catálogo) los espacios que rodean al hombre, destacando el contexto sin que las personas aparezcan individualizadas, sino como arquetipos de la clase social a la que pertenecen”. Ahora, Ángel Pedrosa, dice que “eso no es Afganistán, es España en 1965. A los jóvenes [querrá decir, “a los niños”] les obligaban a cantar cada mañana el "cara al sol" con el baby puesto antes de entrar al colegio; rezaban por cojones cada mañana y de pie al entrar en el aula, y les prohibían decir "presente" cuando pasaban lista en clase. Había que decir, "servidor de usted". En el recreo les daban leche en polvo del Plan Marshall americano, y de cuando en cuando alguna hostia”. A Ángel Pedrosa le aclararía que la leche en polvo que se proporcionaba en las escuelas a los educandos (también creo recordar queso y mantequilla salados) nada tenía que ver con el Plan Marshall de reconstrucción europea (que a España no la benefició) sino como consecuencia de la llegada a la base aérea de Torrejón de Ardoz de Eisenhower (ortografía americanizada común del apellido alemán Eisenhauer, que significa “trabajador del hierro”)  el 21 de diciembre de 1959. En Madrid permaneció 18 horas. Y en tan poco espacio de tiempo le hicieron alcalde honorario de Marbella y miembro de honor de la Federación Española de Béisbol. Para entonces, las relaciones bilaterales entre España y los Estados Unidos ya contaban con el “Pacto de Madrid” de 1953 y su  acuerdo defensivo y de ayuda económica. Durante la estancia de Eisenhower en España no se añadió nada a los acuerdos bilaterales s en 1953. No hubo abrazo con Franco sino un  apretón de manos una vez se hubo aterrizado en la pista el Boeing 707. El presidente de los Estados Unidos descansó aquella noche en el Palacio de la Moncloa, tras una cena en el Palacio de Oriente con el siguiente menú:caldo de ave con néctar, lubina del Cantábrico, patatas con salsa bearnesa, silla de ternera de Castilla, helado de café, tarta de crema de limón y dulces”.

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