martes, 1 de agosto de 2023

Las aguas de aquí

 


Que el agua de Zaragoza es dura todo el mundo lo sabe. La cal que contiene es capaz de estropear electrodomésticos, taponar tubos de radiadores y producir piedras en el riñón. Es curioso que de todas las fuentes existentes, yo he contado siete, ninguna de ellas tiene poderes medicinales. Ni la Fuente de la Salud, de la Junquera, de La Teja, Fita Santa Fe, Salada de Mediana, Fuente del Berro, y Pozo de San Miguel. Sin embargo, algunos estudiosos entienden que esas aguas tomadas en pequeñas dosis, sobre dos cucharadas, alivian problemas gastrointestinales por las sales minerales que contienen. Menos mal que no hay mal que por bien no venga. Las cuatro primeras se encuentran a orillas del río Huerva, muy cerca unas de otras. La quinta se encuentra cerca de El Burgo de Ebro, la sexta al norte de Zaragoza, en el camino a Juslibol y, por último, la séptima, en el término municipal de Villanueva de Gállego, el pueblo de las tres mentiras: ni es villa, ni es nueva ni pasa el Gállego por el casco urbano del pueblo. Como dato curioso, entre el 24 de septiembre de 2014 y el 11 de octubre de ese año, el entonces alcalde, Jesús Gayán Carceller, prohibió el consumo de agua de boca por contener más de 0,10 microgramos de lindano por los peligros para la salud y prohibido en España por el Convenio de Estocolmo. El pesticida lindano es la herencia maldita que nos dejó Inquinosa aguas arriba, en Sabiñánigo, entre los años 1975 y mediados de los 90, Todavía, para preocupación de todos, quedan alrededor de 80.000 toneladas de ese venenoso líquido dentro del vaso de Bailín. Un problema preocupante que el Gobierno de Aragón no ha sabido resolver.

 

No hay comentarios: