jueves, 27 de febrero de 2025

Las tragedias, a la tele

 


Bueno, se acabó. Ya no voy a seguir con paños calientes cada vez que comento algo de un plumilla al que se le acabó hace tiempo la lumbre del farol para escribir de algo con dudoso fundamento, aunque no interese a nadie. Por deformación ¿intelectual? leo la prensa diaria con vocación de novicia cuando me levanto de la cama y me tomo una pequeña colación, o sea, un café con leche, por no quedarme sin batería en el colodrillo. Pero, como digo, ya estoy hasta los pelendengues (basta ya de remilgos de pudibundez) de leer lo que cuenta un sobrino del golpista Milans del Bosch que, como dijo Pedro J. Ramírez, “con el rey Juan Carlos I tenía una relación de compadreo, puesto que representaba la aristocracia del ejército franquista”. Y ese plumilla, prefiero no pronunciar su nombre, escribe a diario en un periódico digital financiado por la Asociación Católica de Propagandistas. Y el sobrino del militar golpista (que sacó los tanques a las calles de Valencia el 23F) se pasa el día injuriando tanto al presidente del Gobierno como a sus ministros. Pero lo de hoy en su artículo “Más que tiernos” es de juzgado de guardia. Entre sus ‘perlas cultivadas’ hace referencia a Sánchez, pintándolo como “un peligroso caradura que jamás ha ganado unas elecciones y se mantiene en el poder gracias a los votos de los separatistas catalanes, los diferentes grupos de comunistas antiespañoles, y los herederos de la ETA”. Pero ahí no queda la cosa. El plumilla sigue vomitando tinta en su infame panfleto de hoy (que no es precisamente el bando de Andrés Castejón, aquel labrador pechero convertido en alcalde de Móstoles en 1808, en representación de los hidalgos y con carácter interino) ante la aparente indiferencia del director de ese medio, Bieito Rubido, que según se desprende, no es consciente de lo que decía un agustino respecto a la matanza del cerdo en los pueblos, cuando se sujetaba entre varios vecinos al animal para ser degollado en un banco de madera: “Tanto peca el que mata como el que tira de la pata”. Lo que vomita su pluma, como digo, no tiene desperdicio. Es todo un ramillete de amenidades: “Tenemos a un psicópata enamorado de La Moncloa, con una mujer imputada por abuso de poder e influencias. Tenemos a unos chantajistas fugados de la Justicia que están esquilmando la hacienda común española a cambio de sus votos, y a unos herederos del terrorismo que homenajean a los asesinos con el beneplácito del Gobierno. No tenemos un euro y debemos miles de millones. Tenemos un fiscal general imputado, un ministro antiespañol en el Gobierno de España, una celestina del narcoterrorismo internacional, un exministro putero y comisionista, unas analfabetas obsesionadas por el sexo que han sacado a la calle a centenares de violadores, una política exterior de chiste, un desprestigio internacional, unas autonomías robadas por las dos chantajistas, un Gobierno que no gobierna, porque ha confundido la gobernación con el pacto en cuclillas, una política internacional bochornosa, y un Gobierno que se mantiene gracias a las políticas más forajidas de nuestra Historia”. Pues nada, estamos apañados. Necesitamos con urgencia que venga otro Franco, ese adalid que redima de  culpas, de sus grandísimas culpas, a los responsables de tanto desafuero, que penetre bajo palio en los templos y que libere a los hombres de bien, que alguno queda, de las garras del contubernio judeo-masónico que los tiene atenazados y sin capacidad de defensa. Se necesita otra cruzada contra los inicuos, sin redención posible, y los judíos que mataron a Dios. Y Sánchez, ¡a la hoguera! Ahora, cuando los agricultores aragoneses toman la Aljafería, esa Bastilla de los cachiruleros, sería buen momento para que el ave Fénix en forma de ‘caudillo de España por la gracia de Dios’ brotase de sus cenizas y nos liberara del pecado original por haber votado a exministros puteros, a unas analfabetas obsesionadas por el sexo y a una celestina del narcoterrorismo internacional a la que juro que no termino de ponerle nombre. El historiador Julián Casanova, que acaba de publicar su libro “Franco” (Editorial Crítica) contaba días pasados, en “Al rojo vivo” de la Sexta, algo que todos conocemos a estas alturas del siglo XXI, o sea, que “con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la victoria de las tropas aliadas, los fascismos fueron derrotados”. También, que “1945 fue el momento más difícil para Franco”. En otro momento de su entrevista con Farreras, Casanova aclaraba respecto al dictador que  “cuando ve que el Eje está perdiendo, le dice a United Press en una entrevista en 1944: 'Nosotros no somos fascistas, porque el fascismo es incompatible con el catolicismo'”. Ese militar africanista había entrado en Infantería, en 1907, en la Academia Militar de Toledo con catorce años de edad, “el mismo año que su padre los abandona”. Según relató su hija Carmen -añadió Casanova- “como era muy 'pequeñajo' le habían dado un mosquetón de madera en vez de un arma de verdad”. […]  “A mi padre no le gustaba hablar de su niñez”. Uf, qué espanto.

 

martes, 25 de febrero de 2025

Encorvados sobre un cajón de patatas

 

 

Carlos Manuel Escribano, actual arzobispo de Zaragoza, consciente de que la ‘Cincomarzada' coincide con el Miércoles de Ceniza (día de ayuno y abstinencia de carne por dar comienzo a la Cuaresma), ha liberado a los fieles católicos de su jurisdicción espiritual el obligado cumplimiento de ese precepto. ¿Recuerda el lector las desaparecidas bulas? El dinero lo arreglaba todo en España: con bula, te librabas de vigilias; si pagabas una abultada cifra, no luchabas en el Rif contra Abd el-Krim.…, y así todo. Como digo, no existirá restricción alguna el próximo día 5 de marzo para que los zaragozanos puedan cumplir con la tradición profana recuperada con la Transición de la fiesta campestre en el ‘Parque del Tío Jorge’ y cocinar el preceptivo “rancho”, guiso tradicional aragonés que encuentra en el cordero de edad provecta su principal ingrediente, al que se le puede añadir lo que el ‘cocinicas’ considere oportuno, como arroz, conejo, caracoles,costillas adobadas de cerdo, cebolla, ajos, patatas, pollo, pimientos, laurel, tomillo, etcétera. Se toma como plato único de cuchara, se sirve con cucharón y se suele acompañar con vino tintorro peleón de la tierra. A mi entender, el arzobispo Escribano permite esa degustación para llenar la andorga consciente de que ese contundente “pucherico” no es, a mi entender, para paladares exquisitos y en el yantar llevan la penitencia; y, por ello, degustarlo constituye para algunos entre los que yo me encuentro, como digo, la mayor prueba de sacrificio al que se puede someter a un cristiano viejo. Sin embargo, el arzobispo, por aquello de que cada agujero tiene su tapón y cada papa su encíclica, ha señalado a los medios informativos locales que autoriza A.M.D.G. (como diría Ramón Pérez de Ayala) a sustituir el consumo de carne por una donación en forma de limosna, sin especificar la cuantía de la misma. El rancho siempre fue considerado como comida de subsistencia en cuarteles, presidios y, también, como guiso de conventos destinado a menesterosos. En las Cinco Villas, por ejemplo, la costumbre se inclina hacia el llamado “rancho ejeano, un puchero de romería donde se mezcla conejo con abadejo. Todo un mejunje de difícil tragaderas para aquel que tiene medianamente educado el paladar, ha comido pan de muchos hornos, conoce el percal y es de fino diente. Para los amantes de los bodrios,  comistrajos, gallinejas y  repugnantes menuceles, recomiendo la lectura de un libro de Vicente de la Fuente, bilbilitano de nación (1817), publicado en 1868 durante el Sexenio Democrático. Según la edición crítica de  Álvaro Capalvo “su autor defiende la caridad cristiana y critica la avaricia, en general, y en particular, la cortedad de miras de sus contemporáneos liberales. La finalidad de la obra es clara: reivindicar la función asistencial de la Iglesia y hacer ver de qué manera fue perjudicada por los despiadados especuladores que prosperaron al amparo de la desamortización”. La obra citada se titula “La sopa de los conventos” (170 pág. y un apéndice. Publicación núm. 3232, reeditada en 2013 por la Institución Fernando el Católico“, de la DPZ). Por asociación de ideas, me viene a la cabeza un párrafo del “Prólogo innecesario” a una edición de 2021 de David de Jorge a un libro de de Emilia Pardo Bazán (“La cocina española antigua”,1913) donde éste señala: “Todos los cocineros pasaron mucho tiempo encorvados sobre un cajón de patatas o soportando a compañeros con borrascas sobre la chaveta, despóticos y majaretas” […] Y refiriéndose a la lamprea, “la señora condesa se escaqueaba de pelar apestosos bulbos de penetrante aroma, pero quienes antaño se anudaban de veras el mandil, lo hacen hoy o pasado mañana, saben lo que es currar a destajo y desplomarse agotados a medianoche en su camastro apestando a congrio y fritanga”. […] “La gastronomía es un arte ingrato y amargo porque es una escalera de Jacob en la que subes y bajas para olvidar borracheras y empachos, pero también provoca algunas sensaciones de menor importancia como la nostalgia por un plato de infancia o el exilio de un lejano sabor, el brillo de la necesidad y las irreprimibles ganas de sonreír o ese placer ocasional, dulce y siempre nuevo de sentir por un instante la felicidad en el gaznate”. Que pasen un buen día.

 

domingo, 23 de febrero de 2025

Calles curiosas en Zamora

 

 


Zamora cuenta con una veintena de nombres de calles curiosos. Entre ellos Escuernavacas, Cortalaire, de la Pulga, Abrazamoras, de la Manteca, de la Muela Quebrada, de Mariquince, de los Pepinos, de Peñasbrinques, de Quebrantahuesos, del Merengue, Tubería, Pico de Pájaro, de Buscarruidos, de Cortarrabos, de Mataburros, de Gazapo, de Cortabarros, de las Pajitas, de Balborraz (con empinada cuesta desde una plaza hasta el Duero, donde si te caes, te matas. En invierno está muy resbaladiza), de Mengue, de la Amargura... Es larga la lista. Sólo falta la "rue del Percebe", pero todo se andará. Pero en 2005 el nombre de la calle Orejones fue sustituido por la calle “Madre Bonifacia Rodríguez de Castro”, (Salamanca1837-Zamora1905) carmelita y fundadora de la congregación de las Siervas de San José, junto con el jesuita Francisco Javier Butiñá Hospital (al conseguir el visto bueno de León XIII en 1901) y conocida por todos como Madre Bonifacia. Pues bien al hacerle un nuevo rótulo cambiaron su apellido Rodríguez por “Rogríguez”, sin que se haya modificado el error. Fue beatificada por Juan Pablo II el 9 de noviembre de 2003 y canonizada el 23 de octubre de 2011 por Benedicto XVI. La Iglesia conmemora su fiesta cada 8 de agosto.

 

Miedo



Aunque casi nunca he estado de acuerdo con la ideología de Heraldo de Aragón, he de reconocer que hoy domingo, un editorial de Fernando de Yarza López- Madrazo, presidente de Henneo, (“El miedo es el aliado de los tiranos”), me ha acercado un poco más a la línea ideológica de un diario conservador que, todo sea dicho, estuvo desde el primer momento al servicio de la causa fascista y del golpe de Estado de 1936. Solo hay que echar un vistazo a las hemerotecas para demostrar que lo que afirmo es cierto. Pero me congratula saber que las cosas han cambiado algo. El mundo está tomando una deriva preocupante y el miedo guarda la viña. El miedo, como digo, es arma poderosa, como el peso de la culpa o del pecado, que las religiones han utilizado  siempre para arrimar el ascua a su sardina. El temor, como la falta de libertad y de cultura, por este orden, siempre doblega. Y ese temor irracional, ese frío en la nuca como el producido por corte de chaira de zapatero, aboca a la esclavitud, a la alienación y a la burricie. La pretendida incorporación de Canadá y Groenlandia a Estados Unidos, el control del Canal de  o “la ‘evaporación’ de dos millones de seres humanos en la franja de Gaza para convertirla en algo parecido a Palm Beach”, como dice De Yarza, no es el acabóse, como diría Mafalda, sino el continuóse del empezóse. Los ajustes de cuentas siempre llegan como Paco con las rebajas. Aclarado queda. Al ciudadano lo que le molesta es que le toquen el bolsillo y a Europa, los aranceles. Inseguros estamos desde el momento en que salimos a la calle. Puede caernos sobre la cabeza una teja o un trozo de cornisa y dejarnos patidifusos, o atacarnos un tipo con una navaja. Las cuestiones políticas internacionales siempre terminan arreglándose, pero los adefesios que se llevan a cabo en las ciudades, donde incluyo en Zaragoza, permanecen para vergüenza de todos. De la misma manera, los derroches de una alcaldesa derrochona y folclórica también deben señalarse, aunque vayan en detrimento de los intereses de un periódico que todavía se lee, aunque cada vez menos, a la hora de acaparar publicidad institucional. Todavía recuerdo cuando José Marco quitó la publicidad institucional a la edición de ABC de Aragón por haber especulado sobre el destino de un sillón, que terminaría costándoles en 1995 al entonces presidente de Aragón 13 meses de prisión y 6 años de inhabilitación. Y entre tanta polvareda desapareció don Beltrán, es decir, la redacción regional del rotativo donde yo había sido colaborador diario. Eso es lo que debería preocupar al presidente de Henneo por encima de otras circunstancias, como podría ser un supuesto reparto de la tarta mundial entre Estados Unidos, China y Rusia. A mí lo que me preocupa es lo que tengo cerca y es tangible, como es tener que sufrir (en silencio, como aquella mujer de un anuncio que padecía de almorranas) la coalición de PP y Vox tanto en las Alcaldías de las tres provincias como en la Comunidad Autónoma de Aragón. Ahí es donde se ve cómo anda el aceite de nuestro candil y por dónde van los tiros de una derechona egoísta con piel de cordero cuando utiliza el señuelo del palo de los gravámenes y la zanahoria de un nuevo estadio de fútbol para un equipo infame. Yo soy de miras cortas por estar pegado al suelo, pero llego a poder encaramarme a un  pupitre, sé juntar letras para leer y asimilar lo que leo. Soy, por decirlo de alguna manera, como una mosca entre dos cristales, que observa con sus ocelos lo que hay arriba y abajo pero debe moverse en horizontal. Por ello, le recuerdo a De Yarza que las hemerotecas (como en aquel anuncio de un limpiahogar y el algodón) no engañan. De haber tenido más ganas de escribir, hubiese aclarado al lector de mi humilde blog la razón por la que algunos tiempos verbales (“acabóse”, “continuóse” o “empezóse”) llevan tilde pese a ser palabras llanas que terminan en vocal. Es una norma arcaica que permanece, y ello se explica al detalle en el libro “Ortografía y Ortotipografía del español actual”, de José Martínez de Sousa. Son términos hiperbólicos de enaltecimiento. Pero esa es otra historia.

 

viernes, 21 de febrero de 2025

Socarronería

 


Nuevo parte médico del papa Francisco leído en la prensa: “Se levanta y desayuna en un sillón”. Lacónico, desde luego. Es como preguntar: “¿Qué hora es?” y que contesten “Manzanas traigo”. Eso solo sería aceptable si alguien al que le lanzásemos la pregunta no oyese bien. Me vienen a la cabeza dos baturros que se habían pasado la mañana intentando buscar caza por el monte y se les vino encima la hora de comer. Ambos cazadores llevaban zurrones con comida. Estaban algo alejados. En un momento dado, uno de ellos le gritó al otro: “Qué, comemos?”. Y el otro cazador le contestó: “Como tú quieras”. Por salir de dudas, el primero le preguntó al segundo: “De tu comida o de la mía?”. Y el otro, saliendo por peteneras, le respondió: “Mejor de la tuya, que con el aire no te oigo”. La socarronería aragonesa está presente en el hablar cotidiano desde tiempo inmemorial. La Fuente de los Incrédulos, situada desde el siglo XVII en la zaragozana Vía Ibérica junto a la esclusa de Casablanca, fue la guinda al obrón que significó hacer canal, prueba indiscutible de la llegada de aguas canalizadas a Zaragoza y la mejora de los regadíos de la zona. A aquella fuente le pusieron una inscripción socarrona: “Incredulorum convictioni et viatorum commodo. Anno MDCCLXXXVI”, que traducido significa: “Para convencimiento de los incrédulos y descanso de viajeros. Año 1786”. Posteriormente a esa fuente le cambiaron su ubicación al Parque Pignatelli y, paradójicamente, estuvo muchos años sin agua hasta su restauración en 2013. Pero la socarronería entendida como sarcasmo no es solo patrimonio aragonés. Aparece en todo su esplendor en la célebre película “Casablanca”, cuando Rick le dice a Elsa: “Siempre nos quedará París”. La socarronería más acendrada aparece, a mi entender, en un viaje de Buñuel a Calanda después de haber filmado “Viridiana” y tras su rotundo éxito de pantalla. Paseaba por la plaza contemplándolo todo y en un momento dado se acercó a saludarle un viejo conocido de ese pueblo turolense, que le tomó por el hombro y le disparó un tiro de fogueo a quemarropa: “Ya he visto la cinta. Flojica, eh…, flojica”.

 

jueves, 20 de febrero de 2025

Mi ley, mi estaca

 

 

Un artículo de hoy de Pedro García Trapiello en Diario de León, titulado “Pan, palo y…”, debería hacernos reflexionar a los demócratas. El fascismo se extiende en Europa, como ya aconteció en la primera mitad del siglo XX y parte de la segunda, como una mancha de aceite quemado de cárter de utilitario de viajante. La democracia es un bien frágil que deberíamos conservar, como digo, antes de ser devorados por Trump, ese personaje como salido del tebeo que ha cambiado de bando y cortejando a Putin con amor de adolescente y devoción de novicia, como transformado en un nuevo Roberto Alcázar, siempre junto a Elon Musk en el papel de Pedrín. Y en medio de ese desquiciado quilombo está presente, como convidada de piedra la vieja Europa, que se ha quedado como el pintor cuando se cae de la escalera mientras pinta una pared, colgada de la brocha; un papa argentino enfermo de cuidado; una prensa escrita encargada de desinformar al lector a base de marear las rotativas con cuentos de hadas; y la seria amenaza de un pedrusco estelar (bautizado con el nombre 2024 YR4) que podría caernos en la cabeza en 2032 y matarnos si no tenemos la precaución de ponemos el casco protector. Como bien señala García Trapiello, “esta nueva gente, amante de ‘mi ley, mi estaca’, en el fondo le está copiando la fórmula al cura aquel de Maraña de los años 30 cuya única regla pedagógica le proporcionaba, al parecer, algún resultado: ‘Pan, palo y catecismo’. […] El catecismo de Trump, además,  pretende devolver la Religión al primer plano de la vida y esencia americana para que resucite el espíritu de los puritanos que fundaron aquello en 1620, como no muere en España lo tridentino de la Contrarreforma con barrocas y anacrónicas Semanasantas que deberíamos vender y exportar a los americanos (ya; y sin aranceles) para que sepan lo que es bueno con calles aturdidas por tamborrada, tararí, capirote kuklusklán y marcando el paso al son de marchas lentas de Westpoint”. Que Dios nos coja confesados…