Se fuerza la máquina de noche y de día. Esto está que arde por los cuatro costados. Resulta que algunos políticos de Sumar dicen que los salarios mínimos no deberían tener el gravamen del IRPF. Cierto, no lo deberían soportar si no superasen el mínimo exento. No sé de qué se sorprende la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. En ese sentido, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha señalado que "estamos hablando un mínimo de perceptores del SMI como consecuencia de esa subida tan rápida de los últimos años". Como solía decir levantando el dedo índice un alcalde de mi pueblo: “la lay es la lay”, para acojonar al vecindario. Pero hay más noticias. Resulta que acabo de leer algo sorprendente: “Una ballena jorobada se traga y escupe a un venezolano de 20 años, Adrián Simancas, en aguas del Estrecho de Magallanes (Chile)”. Al final, va a ser cierto el mito de Jonás, engullido y posteriormente vomitado en las playas de Nínive (actual Mosul, en Irak)) tras permanecer en la barriga del mamífero placentario tres días y tres noches. Tenía la misión divina de ir a Nínive para que la gente se convirtiera al judaísmo. Pero Jonás se equivocó de barco. En el trayecto a no sabemos dónde hubo una galerna y los marineros tuvieron temor a que la nave se hundiese. Acusaron de aquel desastre a Jonás. Entonces el profeta, en un arranque de valentía, como en la canción “Romance de valentía” de la Piquer, pidió a la tripulación que le lanzasen al mar. Así lo hicieron. Pero apareció una ballena jorobada y se lo tragó. Tras ser regurgitado en una playa sin chiringuitos, sin tipos en chancletas y sin canciones de Julio Iglesias, se dedicó a adoctrinar a los ninivitas en evitación de que la ciudad fuese destruida. Los ninivitas, blasfemos, sanguinarios y de la cáscara amarga, se arrepintieron de sus pecados y Jehová decidió no destruir la ciudad con lluvia de azufre y fuego, como antes había hecho en Sodoma y Gomorra, según refiere el Génesis; o como dice un amigo de taberna, en Sodoma y Gomera. Parece ser que Lot, que era el único ninivita cabal y exento de un exacerbado priapismo, negoció con Yahvé el trueque de aquellos sodomitas sumidos en la molicie por mujeres vírgenes para ser violadas. Pero Yahvé no aceptó truco ni trato y le propuso al machista Lot que abandonase Nínive sin mirar para atrás. Pero su mujer, Edith, que era de natural fisgona y cotilla, volvió la cabeza mientras caminaba por la seca trocha cercana al Mar Muerto y se convirtió en columna de sal. Al final, Sodoma y Gomorra fueron dos ciudades destruidas por un meteorito que impactó con insólita precisión el 29 de junio del año 3123 a.C., según afirmaron varios científicos de la Universidad de de Bristol. Entonces fue cuando se fundió la máquina y se acabó el cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario