Yo no sé si “el Hijo del Hombre
vendrá en la gloria de Dios Padre con sus ángeles y dará a cada uno conforme
sus obras”, como se cuenta en Mateo 16.27, pero sí conozco los vaticinios del Premio Nobel
de Economía Paul Krugman y sus advertencias en un “post” publicado este pasado
fin de semana, tal y cómo señala “El País”. Según Krugman, “es muy posible” que
Grecia abandone el euro el próximo mes. En caso de que se cumpla esta
posibilidad, cundiría el pánico entre el resto de la periferia”. En España
todavía no cunde el pánico, pero cunde la miseria y la desesperación de muchos
ciudadanos hartos de que haya tanto imbécil suelto aplicando “fórmulas
magistrales” para salvar a la
Patria. Cuando aparecen esos “salvadores” hay que echarse
a temblar. No puede apretarse más el cinturón el que ya asoma la raspa. Y no se
pueden seguir pidiendo esfuerzos a quienes sólo disponen de la calle para echar
a correr sin mirar hacia atrás. La prima de riesgo (el diferencial que se exige
a la rentabilidad del bono a 10 años sobre su equivalente alemán) en España ha
tocado hoy los 490 puntos y el Ibex 35 ha perdido el 2’66%, mínimo desde marzo de
2009. Ante este escalofriante panorama, el presidente del Gobierno no puede
seguir escondiendo la cabeza como el avestruz. Tiene la obligación inexcusable
de explicar a todos los españoles hacia adónde se dirigen, tanto él como su
Gobierno, con su política de austeridad y recortes como única medida para salir
de la crisis. En nuestro país se sigue sin crear empleo, las empresas no
disponen de créditos para acometer nuevas y modernas andaduras, la banca
necesita importantes ayudas públicas para aprovisionarse como consecuencia de
su avaricia sobre el ladrillo, etcétera. Está bien que De Guindos hable con
Juncker en Bruselas y le informe de que
“España ha hecho todo lo que estaba en su mano” y pretenda hacerle
entender que “la respuesta a la crisis tiene que ser por parte de todos los
países de la Unión”.
Pero los españoles no olvidamos que Rajoy dijo en el Congreso de los Diputados,
estando todavía en la
Oposición, que él tenía un plan, que disponía de los medios
necesarios para salir de la crisis y que el problema era Rodríguez Zapatero.
Pero nunca explicó ese plan. Y cuando llegó al poder, con mayoría absoluta,
hizo todo lo contrario de lo que había prometido antes. Krugman entiende que no
se puede salir de la crisis a base únicamente de austeridad y recortes, que es
la “receta” que está aplicando Rajoy todos los viernes en cada Consejo de
Ministros.
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