Ayer, con motivo de la festividad
de san Isidro, en Madrid hubo diversos actos lúdicos de ambiente popular.
También hubo un acto oficial con un claro fervorín patriótico, consistente en
el hipnótico acto ceremonial del izado de una bandera española de dimensiones
desproporcionadas (21 por14 metros) en la Plaza de Colón y en una parada militar, con banda
de música incluida, que interpretaba letárgicas piezas armoniosas. Unos actos marciales
que estuvieron presididos por la alcaldesa Botella, arropada por jefe del
Estado Mayor de la Defensa,
por diversos concejales del PP y por un tal David Ortega, en representación de
UPyD. Pero 24 horas más tarde, determinada prensa de la derechona más rancia,
haciendo referencia al acto “oficial”, acusa a la Izquierda su falta de
asistencia con titulares de este tenor: “La Izquierda desprecia el
izado de la bandera en Colón”. ¡Ándele, hombre, ándele! Que yo sepa, las
fiestas populares, y la de san Isidro lo es, son para que los ciudadanos que
así lo deseen se puedan acercar hasta a la tradicional Pradera situada en el
populoso barrio de Carabanchel para vestirse de chulapos, bailar el chotis,
beber “agua del santo zahorí”, degustar rosquilla, que las hay tontas, listas,
de “la tía Javiera” y de “Fuenlabrada”, torraos, gallinejas y garrapiñadas, adquirir botijos,
“coloraos”, de Alcorcón, o amarillos, de Ocaña, y pitos de cristal; y, además
de ello, poder participar en verbenas y montar en tiovivos, como ya quedó
reflejado en un cuadro de Goya pintado en 1788 y, también, en el relato “Mayo y
los isidros”, de don Benito Pérez Galdós. Si otros se lo pasan bien viendo izar
banderas descomunales, recibiendo chutes de amor patriótico en vena y
contemplando absurdas paradas militares, o yendo a misas oficiadas por Rouco
Varela en la Real Colegiata
de San Isidro, allá ellos con sus arrebatos piadosos y sus fogosidades
marciales. Para gustos están los
colores. Pero, de eso, a decir que la Izquierda desprecia el izado de la bandera, va un
abismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario