Ayer fallecía en Vitoria Juan
María Urdangarín Berrio-Ochoa, padre del duque consorte de Palma de Mallorca.
Casado con la belga Claire Liebaert y padre de siete hijos, Urdangarín era
pariente lejano por parte materna de san Valentín de Berrio-Ochoa y Aristi
(Elorrio, Vizcaya, 1827-Hải Dương, Indochina, 1861), beatificado en 1905 y
elevado a los altares en 1988. De hecho, el primogénito de Iñaki Urdangarín fue
bautizado como Juan Valentín en honor al santo pariente. Recuerdo que durante
mi infancia mi madre se carteaba con una señora de Bilbao y que, en cada carta
recibida, siempre le adjuntaba una estampita del entonces beato Valentín de
Berrio-Ochoa. Aquella estampita tenía en la parte inferior izquierda un
taladrado redondo, similar al que se le hace a los folios para ser archivados,
donde se guardaba un pedacito de tela roja supuestamente perteneciente al beato,
cubierto por un celofán del mismo tamaño
por ambos lados del papel. Sin exagerar, llegué a tener un montón de aquellas
estampas, todas iguales, donde se imploraban oraciones con miras a conseguir que
el entonces beato y misionero dominico, nacido en el palacio de Arriola de
Elorrio el 14 de febrero de 1827, fuese finalmente canonizado. Valentín de
Berrio-Ochoa había sido decapitado en 1861 en Tonquín siendo obispo titular de
Centuria y coadjutor del nuevo vicario apostólico, Melchor García Sampedro, al
que sucedería tras el martirio de éste el 28 de julio de 1858. Años más tarde,
vía Manila, fueron trasladados a España los restos de este santo y actualmente
reposan en la iglesia parroquial de su pueblo natal. En la actualidad está
considerado como segundo patrón de la Diócesis de Bilbao, después de san Ignacio de
Loyola, que lo es de forma oficial desde el 2 de noviembre de 1949 y de acuerdo con la Bula de Pío XII “Quo commmodius”.
La Virgen de
Begoña, pese a lo que algunos vascos entienden, no es patrona de la Diócesis de Bilbao sino
del Señorío de Vizcaya desde el 18 de junio de 1738, fecha en la que las Juntas
Generales la declararon Patrona
principal del Señorío. Como dato curioso, (según “Linajes y…”, de J. Kerexeta) “en la Fogueración de 1796 aparece
el nombre de Berrio-Otxoa, por
haberse casado Joan de Otxoa, de Bergara (Gipuzkoa), con la Señora de la Torre, Juana de Berrio; y,
siguiendo la costumbre relativamente frecuente de la época, Joan unió su
apellido al del Solar de su señora, dando así origen al apellido Berrio-Otxoa”.
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