En
La colmena hay un personaje
inventor de palabras. Y en la película de
Mario
Camús, según guión escrito de
José
Luis Dibildos, el inventor de palabras, es decir,
Matías Martí, no es otro que
Camilo
José Cela (en la secuencia número 34 y en el interior del café de
doña Rosa).
Luis Escobar (
don Ibrahim de
Ostolaza, un jurista que tiene ya preparado su discurso de ingreso en la Academia de
Jurisprudencia) saluda a Cela: “Encantado de conocer a otro poeta”. Y Cela
responde: “¿Poeta yo...? ¡Por favor! Nunca he escrito tres palabras juntas. Yo
invento palabras, pero una a una. Y se las entrego a los demás. Jamás las uso
yo. Me limito a enriquecer el léxico patrio. ¡Es mi misión!”. A su lado está
don Ricardo Sorbedo (
Francisco Rabal). Don Ibrahim está
desconcertado. Interviene don Ricardo: “Matías es un suministrador de materia
prima del lenguaje. Lo que hizo
Isaac
Peral con el submarino, Matías Martí lo hace con las palabras”. Entra en
escena otro de los poetas de la mesa,
Maello
(
Francisco Algora), para añadir: “Ya
lleva inventadas más de mil”. Y
Rubio
Antofagasta (
Mario Pardo), otro
de los contertulios, agrega: “Por favor, Matías. Dále la última a Don Ibrahim”.
Camilo José Cela tiene su segunda intervención: “¡Bizcotur!”. Luis Escobar, asombrado,
pregunta: “¿Cómo dice?”. Y Cela explica: “Bizcotur. Dícese de aquel que, amén
de bizco, es atravesado, ruin y turbulento. Se la regalo”. Cela, por su cuenta
y riesgo, añade una “morcilla” no prevista en el guión: “Usase también como
sustantivo”. ¿Por qué cuento yo ahora todo eso? Sencillamente, por asociación
de ideas. Resulta que
Matteo es un
niño italiano de ocho años que durante un examen se inventó la palabra
“petaloso”, haciendo referencia a una flor repleta de pétalos.
Margherita, su maestra, quedó prendada
con esa palabra. Y animó a Matteo que
la
consultase con la Academia
de la Lengua Italiana.
La Academia
le contestó en
Twitter y mandó una
carta a su escuela para indicarle que la palabra estaba perfectamente
construida para ser integrada en el idioma y que si conseguía que su uso se
extendiera, la incorporaría al diccionario. EL
Corriere Della Sera transcribía la carta enviada a su escuela por la Academia: “Querido
Matteo. La palabra que has inventado es una palabra bien formada y podría ser
usada en italiano, como son usadas otras palabras formadas de la misma manera.
Tú has puesto juntas pétalo+oso=lleno de pétalos, con muchos pétalos”. Según
parece, dicha palabra, “petaloso”, ha sido
trending toppic en
Twitter, y hasta
Matteo Renzi le ha mostrado su apoyo.
4 comentarios:
Melissa Edith Chau Castillo, joven escritora y diseñadora gráfica peruana ya fallecida, inventó la palabra Palabarista. Palabarista es el que hace malabarismo con las palabras.
Eugenio Orellana, periodista y escritor chileno, inventó la palabra literaturalista. Literaturalista es el que interpreta literalmente lo que lee.
Melissa publicó un librito al que tituló, precisamente, Palabarista.
Eugenio inventó su palabra como consecuencia de su diálogo con un teólogo sobre el texto bíblico. Eugenio interpreta literalmente lo que lee; el teólogo, en cambio, se sumerge en los idiomas originales, en las fechas y épocas, en las diversas traducciones, busca los origenes y las causas y se detiene en las diferencias que exhiiben los diversos escritores cuando describen situaciones sobre un mismo asunto.
Tomo nota de lo que me cuenta Unknown. Me parece muy interesante.Gracias por leerme.
Gracias, José Ramón por tu reacción. En ocasiones, cuando tú estás convencido de algo, no solo disfrutas -en este caso escribiendo- sino que persistes en darle seguimiento a la iniciativa. Es lo que me mueve a tratar de "doblarle la mano" a la RAE pero no solo como un moderno llanero solitario, sino animando a otros que encuentren válido el empeño. Como soñar no cuesta mucho, sueño con formar el Club de los Literaturalistas. A partir de ahí, no se sabe hasta dónde se puede llegar. Me identifico: soy Eugenio Orellana, periodista chileno radicado en Miami, Florida, pasando antes durante algunos años en Costa Rica. Si otros quieren unirsemos a esta "locura", bienvenidos.
Encantado de conocerle, Eugenio.Estoy abierto a cualquier iniciativa relacionada con la Literatura. Escribir me reconforta, es como la purga de mi corazón. Un abrazo en la lejanía, amigo.
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