domingo, 6 de enero de 2019

Así es (si así os parece)



Permítame el lector que recurra a Pirandello. Aquí no tenemos al señor Ponza ni a la señora Frola,  pero sí una farsa donde asoma el contraste entre la realidad y la apariencia. La realidad objetiva es que la forma de Estado importa cada vez menos en un ámbito globalizado. "Si sale con barbas, san Antón; si no, la Purísima Concepción".  Dicen que así respondió Orbaneja, aquel pintor de Úbeda, a alguien que le preguntó qué estaba pintando, como nos recuerda El Quijote.  El articulista de ABC, Antonio Burgos, ya ve usted, está obsesionado con todo lo referente a la Monarquía. Pretende  ahora que el Jefe del Estado, por aquello de que el Ebro guarda silencio al pasar por el Pilar, aproveche la llamada Pascual Militar para que firme un Real Decreto “que selle para siempre esta unión entre Monarquía y las FAS, y oficialmente hablemos de Real Ejército de Tierra, del Real Ejército del Aire y de la Real Armada Española”. Y dice haber tomado la idea de una propuesta del coronel Julio Serrano Carranza, antiguo jefe del Acuartelamiento Aéreo de Tablada, que  ha enviado una carta a Bieito Rubido, actual director de ABC, resaltando -según señala en su escrito- “la necesidad de enmendar un hecho que he dado en denominar incongruencia institucional”. ¡Chupa del frasco! Burgos recuerda, ya de paso, algo que todos sabemos por la Constitución Española: que el rey es el jefe supremo de las FAS. Pero a Burgos habría que recordarle que, de la misma manera, al no estar la persona del rey sujeta a responsabilidad, su firma debe ir respaldada en el BOE por el responsable del Ministerio de Defensa, en este caso por Margarita Robles Fernández (Título II, Sobre la Corona, Artículo 56). Aprovecho para señalar que el Aeródromo de Tablada tiene una historia llena de claroscuros. De ahí partió el avión  “Jesús del Gran Poder”,  que cruzó el Atlántico; y de ahí partieron los primeros aviones de líneas postales. Pero ese aeródromo, inaugurado por Alfonso XIII en 1923, sirvió también, que todo hay que decirlo, para la llegada de más de 13.000 soldados, entre legionarios y moros de recluta de leva del Ejército de África, enviados por los generales rebeldes traidores a la República, en julio de 1936. Como contaba Burgos (ABC, 12 de marzo de 2018): “El cierre del histórico aeródromo militar fue uno de los muchos ‘daños colaterales’ de la Expo, como el desmontaje de su vecino ‘Puente de Hierro’, dedicado a Alfonso XIII, Rey que tanto hizo por Sevilla”. (…) “La Dehesa de Tablada había sido cerrado de toros bravos, hipódromo, club de tiro de pichón y de tenis, hasta que a un moderno de su época como el alcalde Conde de Halcón, el ‘alcalde Palanqueta’, se le ocurrió en 1910 organizar allí la Semana de la Aviación, y los sevillanos pudieron ver los primeros vuelos de aquellos locos en sus viejos cacharros. Así nació el uso aeronáutico de Tablada, que jugó un papel fundamental en la historia de la Aviación”. En resumidas cuentas: Ya se pretendió en su día por un ramillete de monárquicos que la razón social Iberia llevase añadida la coletilla  “Reales Líneas Aéreas de España”. No prosperó la peregrina idea. Ahora llega la sugerencia de un coronel de Aviación: el coronel Serrano. Está empeñado en que las FAS, en sus modalidades de Tierra, Mar y Aire, se denominen como si fuesen un equipo de fútbol, verbigracia, Real Betis Balompié; o un club de tenis, verbigracia, Real Club de Tenis de Santander. Los españoles, y que me perdone el coronel Serrano, estamos en otras cosas más serias. Hacemos lo que nos viene en la real gana, viviendo y dejando vivir, y procuramos la manera de poder llegar a fin de mes (una vez deducidos impuestos, claro) con nuestra menguada nómina y el añadido de grandes dosis de dignidad, que no es poco.

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