domingo, 27 de enero de 2019

!Mañana, mañana sale!



Que a mí me conste, hay dos canciones en las que sale a relucir el nombre de doña Manolita, aquella muchacha que en 1904, cuando contaba 25 años de edad, se decidió a abrir con sus otras tres hermanas un despacho de lotería en el número 18 de la madrileña calle de San Bernardo. Su despacho no lograba dar premios de importancia, pero la suerte de Manuela de Pablo cambió a mediados de los años veinte. Lo contó ella misma en una entrevista que le hizo un periodista de “Crónica” (21-12-1930):  Pues escuche usted ahora el verdadero secreto de mi buena mano. El año 1926, harta de que no correspondiese jamás a esta administración un premio que valiese la pena, hice cuatro viajes a Zaragoza, y en los cuatro tuve la suerte de ver a la Pilarica con su manto rojo, que es signo infalible de fortuna. Pedí unos números que se me ocurrieron sin saber por qué, los vendí en mi casa y el premio gordo de Navidad fue conmigo aquel año, siendo éste el comienzo de mi fama como lotera.”. Su negocio prosperó y cambió la ubicación de su despacho. Primero a la Puerta del Sol, esquina a Arenal; más tarde, en 1931, a Gran Vía, 31. En 1937, su despacho sufrió importantes daños por los continuos bombardeos de los rebeldes. La metralla reventó el escaparate. Por culpa de la guerra civil doña Manolita llegó a perder el noventa por ciento de su clientela, hasta el punto de pensar dejar el negocio de la lotería y ponerse a trabajar en una estación del metro. Doña Manolita, que había nacido en 1879, murió en 1951. Su despacho de apuestas fue traspasado en 1967. Finalmente, en 2011  se trasladó a la calle el Carmen, 22, donde continúa y donde se forman enormes colas para adquirir sus décimos. El diario ABC decía en su esquela: “Ayer perdió Madrid una de sus figuras más populares: doña Manolita de Pablo, la famosa lotera de la Gran Vía, de cuya mano esperaba toda España la caricia de la fortuna [...] Esposa de un picador retirado que cambió la garrocha por los billetes numerados y hermana de otra lotera madrileña, doña Manolita de Pablo fue una tenaz trabajadora que hasta los últimos días de una vida laboriosa permaneció al pie de su mostrador atendiendo a su numerosa clientela". Su hermana Carmen, continuadora del negocio, falleció veinte años después, y se hizo cargo del despacho en 1973 Carmen Gálvez de Pablo, sobrina de doña Manolita. Su hijo Alfredo Salgado, abandonó España en 1987 precipitadamente tras dejar una deuda millonaria con Hacienda, el Hipódromo y una casa de apuestas. Esa fue la razón de que el negocio pasase a manos  de Juan Luis de Castillejo y Bermúdez de Castro,  tercer conde de Cabrillas, persona sencilla que vive en el anonimato en el barrio de Salamanca. Hay un caso curioso en las hemerotecas que  demuestran la numerosa clientela que tuvo el despacho de doña Manolita. Así, en “El Siglo Futuro” (miércoles, 14 de agosto de 1935) se da la noticia e la captura de la banda de pistoleros comandada por "El enemigo público número 2", que así se hacía llamar Vicente Galera Macías (conocido también con el apodo de "El Guano"), jefe de una numerosa banda que realizó varios atracos en Barcelona y en otras ciudades. Dice ese diario: Al ser detenidos por la policía madrileña se revelará que la intención de los malhechores en Madrid era la de cometer una serie de robos con el fin de sostener económicamente a un partido político con parte del botín. El frustrado plan incluirá atracos a la Unión Española de Explosivos; un habilitado de las Clases Pasivas con oficinas en Pi y Margall, 12; un establecimiento bancario de la calle Fuencarral, cerca de la Glorieta de Bilbao, y un último en la Administración de Loterías de Doña Manolita. Parece ser que de éste -que sería el primero de la serie- desistirán los pistoleros por lo concurrido del local”. La foto que ilustra este chat está tomada en 1948. Doña Manolita tenía entonces 69 años.

No hay comentarios: