viernes, 11 de enero de 2019

Los experimentos, con gaseosa


Cuando alguien se lanza a una empresa de arriesgadas consecuencias se dice que pasa el Rubicón, ese río color rubí por su terreno arcilloso, de sólo 29 kilómetros de recorrido, y que desemboca en el Adriático. Un río que servía de frontera entre el Imperio Romano de la Galia Cisalpina. Leyendo a Plutarco (“Vidas paralelas”) se explica cómo Julio César, entonces gobernador de las Galias, atravesó el Rubicón, la frontera prohibida; para, más tarde, marchar hasta Roma, hacer huir a Pompeyo y hacerse con el poder. Era la mañana del 11 de enero del año 49 a.C. Decía Voltaire que no todos los ciudadanos pueden ser igual de poderosos, pero deberían ser igual de libres. En España, el “alea iacta est” pronunciado por Julio César hace ya más de dos mil años lo decidimos aquí un frío 6 de diciembre de 1978,  ratificando con el voto en las urnas una Constitución hecha por consenso de todas las fuerzas políticas entonces  representadas en el Hemiciclo. Ya han pasado cuarenta años y sólo ha sufrido dos reformas: la primera de ellas en 1992, y sirvió para adecuar la legislación al Tratado de Maastrich, permitiendo a los extranjeros residentes en España ser electores y elegibles en las elecciones municipales. La segunda de ellas en 2011, con la reforma exprés del artículo 135, que priorizaba la estabilidad presupuestaria ante el gasto social y que tanto dolor produjo a los ciudadanos. Ambas reformas, todo sea dicho, vinieron determinadas por la Unión Europea. De nada sirvió la frase lapidaria del exministro franquista  Manuel Fraga cuando señaló que “sólo le gustaban los cambios con gaseosa”. Aquella frase era una derivada de otra, de Eugenio d’Ors (“los experimentos, con gaseosa, joven”) que le espetó a un camarero que desconocía cómo se abría una botella de champán y que probó a hacerlo de manera tan torpe que terminó por derramar el espumoso por la chaqueta del cliente. Hay inventos que, como los gatos calabaceros, nunca llegan a la edad provecta. Recuerden aquel “invento” del ministro de Educación, Julio Rodríguez, al que ni siquiera conocía Franco porque se equivocaron de persona en el nombramiento, que “inventó” un calendario juliano para que fuese aplicado en las aulas. La prensa cuenta que Moreno será investido presidente de la Junta de Andalucía el próximo día 16. También, que un anciano de 94 años acaba de matar de un pastonazo en una residencia de Soria a otro de 91. Alea iacta est.

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