viernes, 24 de junio de 2022

Tú pitarás

 


El “tú pitarás” está citado, que yo recuerde, en un relato de Michel Chevalier (“El niño listo”), en “Sarica la borda”, de Juan Blas de Ubide, en “La gaviota”, de Cecilia Böhl de Faber, y en “La incógnita” y “En la de los tristes destinos”, ambas obras de Benito Pérez Galdós, donde en la primera de ellas, en “La incógnita”, se utiliza el arcaísmo “chiflar”. Por otro lado, en contrapartida, Julio Casares, en su “Diccionario ideológico”, define “no tocar el pito” como “no tener parte en un negocio”. Como decía, y aquí termino con las referencias, solo añadiré  que en “Sarica la borda” se da noticia de un paleto que iba a Zaragoza y los vecinos de aquella aldea le encargaron diversas cosas, y los chicos, chufletes; hasta que un rapaz se lo solicitó también,  al tiempo que le hacía entrega de una cuaderna (moneda de ocho maravedíes), a lo que el hombre contestó: « ¡tú chuflarás, maño, tú chuflarás! ». Pues bien, hace unos días cierta persona que estudia alemán me indicó por teléfono que se iba unos días a conocer Berlín en visita turística. Y yo, como el tipo del cuento, le encargué un trocito del muro de la vergüenza. Más tarde pensé que no me lo iba a traer, que no se acordaría de mi encargo y, además de ello,  no había sido capaz de entregarle unos euros de antemano. Pero a los pocos días recibí otra llamada. Me contó que ya había regresado y que me había traído el trocito de aquel muro. Me alegré. Quedamos en vernos en “La republicana”. Y allí, mientras saboreábamos unas cervezas, me hizo entrega de una pequeña urna de apenas siete centímetros de alta con un pedazo de muro en su interior. El “tú chuflarás” se había hecho realidad. Me entregó, además de la urna con el trocito de hormigón,  un “Zertificat Original Berliner Mauer” que le daba autenticidad a la pieza. No me la quiso cobrar. Desde entonces, me dedico a tocar el chuflo (quiero decir, a contemplar la pequeña urna) como si fuese aquel niño desharrapado y soñador que entregó una cuaderna al viajero a cuenta de su modesto encargo.

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