jueves, 20 de octubre de 2022

Caducidad: año 9999

 


A propósito de la caducidad del Documento Nacional de Identidad en los mayores de setenta años, nada menos que el año 9999, Ramón Reig, fino como siempre, refiere una anécdota que contaba Paco Gandía respecto a un señor que buscaba trabajo y le citaron para dentro de varios años. El aspirante al trabajo lleno de dudas se limitó a preguntar: "¿vengo por la mañana o por la tarde?". Francisco Gómez Gandía, más conocido como “El niño de los garbanzos”,  fue un humorista sevillano nacido en la Puerta Osario el mismo día que servidor de ustedes vino al mundo, el 5 de abril, aunque en 1929, y falleció el 10 de febrero de 2005 en el también sevillano Hospital Virgen de la Macarena como consecuencia de un tumor pulmonar. En septiembre de 2004 el Ayuntamiento le colocó una placa en su casa de nacimiento y tres meses después de su muerte, el entonces alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín, al que los sevillanos recordarán por el adefesio de las “setas” de la plaza de la Encarnación, le nombró a título póstumo  Hijo Predilecto. Pero no quedó ahí la cosa. En  2015 se le puso su nombre a una calle que hasta entonces estaba dedicada a Sebastián Recasens, un piloto civil que colaboró con los sublevados durante la Guerra Civil y que murió junto a Tomás Murube en una operación militar en Ronda el 28 de julio de 1936, cuando contaba 21 años.  Murube, que también tenía calle en Sevilla, cambió de nombre por el de Manuel Ramón Alarcón, magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo ya fallecido. Los chistes de Paco Gandía, que él contaba como historias verdaderas, perduran entre los sevillanos. Hay uno muy gracioso, el del  matrimonio que tenía una abacería y le robaron un kilo de bacalao en tiras, saladísimo. El marido cogió una llave inglesa y la esposa le dijo: “no lo mates, no vayas a cometer una locura”, a lo que el marido contestó: “no, mujer, lo que voy a hacer es cortarle el agua”. Y ahora que lo pienso, ¿dónde estaré yo en el año 9999 para renovar el DNI? Tampoco sé si deberé acercarme a la comisaría que lo expende por la mañana o por la tarde. ¡Menudo lío…!

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