lunes, 6 de marzo de 2023

A vueltas con el Torico

 


El pasado cuatro de marzo, es decir, antes de ayer, el director de Diario de Teruel, Chema López Juderías, nos recordaba desde el diario de su dirección que  “hoy se cumplen 258 días desde que la columna y la estatua del Torico de Teruel se vinieron abajo. Era un domingo a primera hora, cuando la ciudad, que estaba repleta de gente participando en el Congreso Nacional del Toro de Cuerda, empezaba a desperezarse”. De inmediato, la alcaldesa Emma Buj, intentó por todos los medios a su alcance reparar el desaguisado. Al poco, se alzaba sobre la pilastra una nueva réplica, esta vez hecha en bronce y con un peso más ligero al estar hueca por dentro, y que la alcaldesa definió  como “preciosa y perfecta”. Y el viejo Torico de hierro fundido (¿con siglo y medio de antigüedad?) permanece desde su caída en el Museo de Teruel como un juguete roto en el fondo de un desván. La réplica del Torico quebrado están en el centro de una fuente de la plaza de Carlos Castel, construida en 1858 y que sustituía a otra del siglo XVI realizada por el ingeniero francés Quinto Pierres Vedel. Durante la Guerra Civil, en evitación de que el Torico  pudiese ser destruido por los bombardeos, una familia, los Gómez Cordobés, lo desmontaron en 1938 y lo pusieron a buen recaudo. Otros sostienen que el Torico fue ocultado en el Ayuntamiento bajo un montón de carbón. Fue recolocado en 1940. Muchos turolenses afirman que entonces le colocó una réplica, una falsificación. Esa teoría también la mantiene  el cronista oficial Vidal Muñoz, quien sostiene que el original desaparecido era de bronce y que fue desmontado y expuesto en el Ayuntamiento en 1968 y en posteriores ocasiones. De ser así, ¿dónde está el original? Nadie lo sabe. Chema López reclama desde su periódico que en la columna se ponga de nuevo el Torico quebrado. A mi entender, debería reclamar si acaso que aparezca el auténtico Torico, el desaparecido sin que nadie se diera cuenta. Alguien lo tendrá.

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