Diccionario cofrade

 

Existe un Diccionario Cofrade de la Semana Santa en Sevilla que, aunque nada académico, no tiene desperdicio. Destaco alguna de sus acepciones: entre los acólitos hay que distinguir entre aquel porta ciriales (acólito ceriferario) y el que porta el incensario (acólito turiferario); aguiaó es aquel que lleva el botijo para dar de beber a los costaleros; bacalao es el nombre que se da al estandarte de cada hermandad; barco da nombre a los grandes pasos; bulla, aglomeración urbana; camarera, mujer que ayuda a vestir a la Virgen; capataz, el que dirige a los costaleros; capillita, persona dotada de un gran fervorín religioso; capirote, pieza cónica de cartón; contraguía, ayudante del capataz; cruz de guía, la que abre la procesión entre bocinas y faroles; cuadrilla, conjunto de costaleros; chicotá, es el tiempo que recorren los costaleros entre cada bajada y subida de peana; diputado de tramo, es el nazareno que se encarga de organizar una parte de la cofradía; gloria, es el medallón central que decora los techos de los palios; igualá, es la forma de colocar a los costaleros según su altura; levantá, es el momento en el que se eleva el paso tras la orden del capataz con el llamador; madrugá, espacio comprendido entre la noche de Jueves Santo y la mañana del Viernes Santo; maniguetero, es el nazareno sin capirote y con antifaz que va en cada una de las cuatro esquinas de cada paso; marcha, es toda composición musical; papeleta de sitio, es el documento necesario para poder realizar la estación de penitencia con la cofradía; simpecado, es el estandarte que lleva bordado en el centro la imagen de la Inmaculada; potencia,  son rayos de luz hechos de material dorado que llevan las imágenes en la cabeza; saeta, es la copla breve que se canta en un balcón o en la calle; tramo, es el número de parejas de nazarenos comprendidas  entre dos insignias consecutivas; venia, es la solicitud que realiza cada una de las cofradías a su paso por La Campana para poder entrar en la carrera oficial camino de Sierpes, etcétera. Normalmente, al paso de las peanas por La Campana, existe la vieja costumbre de que se apaguen todas las luces de la plaza, también de escaparates y bares, por dar mayor recogimiento a la procesión. Lo que sucede es que, en la actualidad, muchos de esos negocios están de manos de multinacionales del “fast good “, que han venido para quedarse, vender hamburguesas  y que pasan por alto esas viejas costumbres, con el consiguiente enfado de los “capillitas” enfervorizados que confunden devoción con globalización, espectáculo con negocio y el culo con las témporas.