martes, 28 de marzo de 2023

El infalible método de don Natalio

 

A la respuesta a un entrevistador, Manuel Vicent contaba que a él no le daba miedo la página en blanco sino la página publicada. La novela no sé, pero escribir un artículo diario quema y mucho. Siempre no se tiene la chispa necesaria como para salir airoso del embroque y suele acontecer que el columnista termina por volverse cansino. A mí me sucede con algunos articulistas de presa a los que he dejado de leer por diferentes razones. Cuando no se tiene nada que contar lo más saludable es no escribir, aunque haya que hacerlo por el dinero que ello supone. Otros artículos conviene leerlos para poder reflexionar. Es el caso de hoy de Rodríguez Ibarra, “Fraude de ley”, en Vozpópuli, donde ese político, una vez llevada a cabo la segunda moción de censura de VOX contra el gobierno que preside Sánchez, divide a los diputados del Congreso en tres categorías: “Una de ellos -dice- representa al pueblo español y que, con mayor o menor fortuna, hablaron de España”. Un segundo grupo lo constituyen los separatistas, donde  “en sus respectivos programas electorales figura explícitamente la fragmentación de la soberanía española”. Por último están aquellos diputados “que no cumplen con su deber de representar a todos los españoles”. Se refiere a canarios, turolenses, cántabros, vascos, gallegos, valencianos, etc., “que sólo hablan de sus respectivos territorios sin que les importe o interese lo que ocurre en el resto de España” y que, como bien señala Rodríguez Ibarra, deberían ocupar un  escaño en el Senado (Cámara de representación territorial) y no en el Congreso de los Diputados. Comprendo que los pequeños territorios deben tener voz y dejarse escuchar, pero Tomás Guitarte, cuando sube a la tribuna de oradores no debe ceñir su discurso a contar en el Hemiciclo que Teruel está casi despoblado y que es la única capital de provincia que no tiene línea ferroviaria directa con Madrid; o José María Mazón, a recordar que deben pasar por Santander las conexiones ferroviarias con Madrid y Bilbao y el machaque constante de la necesaria cesión gratuita de la Finca de la Remonta, de 295.000 metros cuadrados, para convertirlo en zona verde.  Hombre, tan mal no se vive en Cantabria. De hecho, tres municipios de esa Comunidad están entre los que tiene más bares por habitante en toda España: Comillas, 10 por cada 1.000 ciudadanos, y Noja y Potes en torno a 9, Y a los de Teruel, a una mala, siempre les quedará el jamón para comprar voluntades como hacía don Natalio Rivas con los perniles de Trevélez, con excelente resultado.

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