Ahora, cuando más encrespados están los ánimos entre buena parte de la ciudadanía por los acuerdos entre PSOE-Junts para el pacto de investidura de Sánchez, aparecen usuarios de redes sociales comparando el disparo recibido en una calle de Madrid del dirigente de VOX Vidal-Quadras con la muerte del “protomártir “ José Calvo Sotelo, ocurrido cuatro días antes de producirse el golpe de Estado de 1936. Nos estamos volviendo del revés. ¿Por qué no lo comparan con el asesinato del teniente Castillo un día antes, o con el del alférez Anastasio de los Reyes un día después? Sí, en efecto, entre los días 12 y 14 de julio de aquel año pasaron muchas cosas desagradables. Pero los militares que dieron cuatro días después el golpe de Estado ya lo venían rumiando desde el 9 de mayo, es decir, casi tres meses después del triunfo electoral del Frente Popular. El asesinato de Calvo Sotelo solo adelantó una rebelión militar que se pensaba llevar a cabo en cualquiera de los casos. El triunfo de aquella coalición de izquierdas (que la derecha consideró amañada y donde Lerroux se quedó sin acta) solo duró 157 días. Ahora, 87 años más tarde, la prensa de la derechona más rancia señala sin cortarse un pelo que “el PSOE declara la independencia de Cataluña”. Pérez-Maura, en El Debate, va más lejos hoy en su artículo “Traición, no; alta traición” escrito desde Biarritz, donde derrama sobre el tapete de la sinrazón las siguientes perlas cultivadas: “El mismo tipo [refiriéndose a Pedro Sánchez] que el pasado 31 de octubre en el Palacio Real de Madrid aseguró lealtad a la Princesa de Asturias -no juró porque no sabe lo que es jurar- es el que ayer comenzó el derribo de la Monarquía y con ella el fin de la unidad del Reino de España”. A este paso, pronto leeremos en el diario digital que dirige Bieito Rubido que Sánchez fue el verdadero responsable de la muerte de Manolete, del asesinato a traición de Viriato y de la invasión napoleónica de España.
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