¿Se ha roto España?

 

Es difícil tratar de pegar un jarrón cuando se rompe y se hace añicos. Pero España, según afirma la derechona más rancia, se está quebrando por varios sitios y más que el uso de pegamento se impone el apuntalamiento con puntales como se practica en los edificios viejos antes de proceder su demolición definitiva. Hoy domingo ha habido manifestaciones en todas las capitales de provincia auspiciadas por el Partido Popular, a las que se han añadido los simpatizantes de Vox. En la Puerta del Sol, Núñez Feijóo, de negro zaino, parecía el padre Laburu invitando al rosario en familia, y Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha señalado a los asistentes al acto que “hay que devolver golpe con golpe”. Odio, hay mucho odio contenido y las dos Españas nunca pudieron ser reconciliadas con el “espíritu de 1978” donde, por cierto, se amnistiaron a muchos asesinos franquistas en un vano intento de hacer borrón y cuenta nueva. Pero los muertos seguían, y siguen, en las cunetas, en los descampados y en los barrancos, conviviendo con los alacranes y las culebras, y hasta Rajoy se congratulaba que durante su mandato no había dado un solo euro para la Ley de Memoria Democrática, donde se contemplaban exhumaciones de restos de ciudadanos que murieron asesinados por defender la libertad. Y los obispos, los más beneficiados por  la dictadura, se pusieron siempre de perfil, y los grandes empresarios, los más beneficiados ahora, cuando el hambre cunde, protestan por tener que pagar un poco más en sus impuestos y por la reforma laboral y la garantía de la estabilidad en los empleos contemplada en el Real Decreto-ley 32/2021, que se “salvó” por el error del diputado del PP Alberto Casero. La “calleborroka” que está armando la derechona en los aledaños a la madrileña calle Ferraz no es el acabose, sino el comenzose del empezose, que diría Mafalda. Ayer, Irene de Miguel (ElDiario.es), a propósito de las alternativas de María Guardiola sobre si los extremeños debían elegir entre “Extremadura o amnistía para justificar el golpe de timón y meter a gente de Vox en sus filas, señalaba: “Me resulta hipócrita la alarma de algunos responsables políticos por el acuerdo al que ha llegado el PSOE con Junts cuando durante casi toda nuestra democracia los diferentes gobiernos tanto de PP y PSOE han pagado peaje a las fuerzas nacionalistas vascas y catalanas. Hay que recordar que Junts son herederos de CIU, del CIU de Jordi Puyol y del 3%; del CIU por los que Aznar hablaba catalán en la intimidad y el señor González impulsaba el AVE Madrid-Barcelona, mientras en Extremadura nos levantaban las vías del tren ruta de la Plata”. En fin, parece que llega el apocalipsis zombi y que se reaniman los muertos vivientes y el esperpento. Lo que hace falta es otro Valle Inclán y otro Max Estrella que dé una pedrada a los espejos deformes del callejón del Gato, donde también se encuentran en la esquina los hermosos mosaicos del tablao Villa Rosa y que anteriormente fue un molino de chocolate. España funcionará bien el día que nos quitemos la caspa de encima.