Aquí todo vale
Me parece acertada la
medida del Ayuntamiento de Barcelona al prohibir las estufas de gas en las
terrazas de los bares a partir del próximo 1 de enero. También vería acertado
que otras ciudades donde hay gran contaminación atmosférica, como es el caso de
Madrid, siguieran ese ejemplo. Pero al actual alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, le interesan más
otras cosas, como haber mandado demoler un Memorial inacabado creado por el artista Fernando Sánchez Castillo y la
arquitecta Julia Chamorro Capa de
fusilamientos de ciudadanos republicanos a partir de 1939 situado en una de
las entradas al Cementerio de La Almudena.
De la misma manera, bueno sería que se tratase de disminuir la contaminación
acústica que se produce en las terrazas hosteleras con el vocerío insufrible
que produce la contaminación acústica de ciertos energúmenos que no respetan la
tranquilidad de los vecinos para conciliar el sueño. Todos los ciudadanos
tienen derecho al ocio, también quienes madrugan para trabajar. A nadie se le
escapa que, por otro lado, que las mesas y sillas siguen ganando espacio en las
aceras, en muchas ocasiones con dimensiones insuficientes, y la existencia de
un gran relajo en el incumplimiento de las ordenanzas municipales y en la
concesión de las licencias por su afán recaudatorio. En España existen muchas rigurosas
disposiciones oficiales, pero suavizadas por el incumplimiento de las normas. En
efecto, los veladores en las aceras molestan a peatones y vecinos, pero como se
decía en la sección “La cárcel de papel”, de “La
Codorniz”, por estar considerados como delitos de menor cuantía no es
necesario que pasen a la jurisdicción de más altos y severos organismos. O sea, por decirlo de una manera elegante:
ajo y agua. Aquí todo vale. Y si no vale, ¿qué pasa?
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