En su tercera acepción, el Diccionario de la RAE define al necio como “terco y porfiado en lo que hace o dice”. Viene del latín ‘nescius’. Recuerdo haber visto en la singular sillería del coro de la Catedral de Zamora el reposamanos en uno de los labrados en madera de nogal de una de las sillas donde aparece la figura de un necio, sentado y flexionando por la cintura, llevando las manos al suelo y alzando la cabeza. Se reconoce su condición de necio por las coderas de su atuendo, rematadas en borlas y por la capucha que cubre su cabeza, rematada con una borla decorativa. Me recuerda a Núñez Feijóo y su vano empeño por desacreditar a Sánchez y considerarlo como la biela que mueve el pistón de todo el mal que se cierne sobre España. Sabe Dios qué hubiese pasado en nuestro país de haber gobernado el PP (con la ayuda de Vox, que desaconsejaba las vacunaciones) durante la pandemia de coronavirus. Lo sucedido con la riada de Valencia da idea de cómo actúa la derechona en caso de catástrofe. Ahora, el descerebrado Mazón pretende que un militar jubilado se haga cargo de la reconstrucción de esa parte oriental de nuestro territorio devastado. La historia reciente nos recuerda cuando Franco “adoptó” en 1940 a 82 pueblos que durante la guerra civil habían sido destruidos por la artillería de los rebeldes y por la aviación alemana. En aquella lista había 18 pueblos catalanes y 23 pueblos valencianos. Destacaban entre los catalanes, Lérida, Tortosa, Borjas Blancas, Mora de Ebro y Gandesa; y entre los valencianos, Castellón, Valencia, Alicante, Nules, Segorbe, Vall de Uxó, Játiva, Sagunto y Torrente. Otras ciudades, sin saber por qué motivo, como Barcelona, Reus, Granollers, Tarragona o Figueras, fueron excluidas de aquella curiosa lista. Lo cierto es que aquellas “adopciones” quedaron en agua de borrajas. ¿Cómo piensa resolver el problema actual de las zonas devastadas el teniente general jubilado Francisco José Gan Pampols? La primera misión, a mi entender, podría consistir en desviar los barrancos de la Ribera Alta incluida la rambla del Poyo del cinturón de Valencia; la segunda, desatascar los garajes que todavía siguen inundados y fétidos; la tercera, y principal, habilitar viviendas a aquellos que lo han perdido todo; y la cuarta, exigir a Mazón que renuncie a la Presidencia de la Comunidad y pierda su aforamiento, dada su incompetencia demostrada. A mi entender, tan culpable es Mazón por su negligencia, como el necio Núñez Feijóo por justificar que continúe Mazón en el cargo y utilizar el ventilador para dispersar culpas. Día llegará, a este paso, en el que el necio presidente del PP acusará a Sánchez de haber matado a Manolete. Y Cuca Gamarra, Bieito Rubido y Pérez- Maura, le aplaudirán con las orejas.
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