Leo en la rancia prensa aragonesa, la que más altares tiene, algo que me llena de estupor. Señala con movimiento de incensario, el negocio es el negocio, que “el Ayuntamiento de Zaragoza aplicará la inteligencia artificial (IA) para aligerar trabajo a los funcionarios”. A mi entender, la IA, que así la llaman ahora los que saben de estas cosas, debería servir, si acaso, para iluminar el cerebro de la alcaldesa Chueca y conseguir en la medida de lo posible que se aplique en mejorar los barrios, que la limpieza se note, que las escuelas públicas tengan mejor servicio de comedor, que la policía municipal esté a algo más que poner multas y que se deje de pamplinas, es decir, de jornadas goyescas, de ayudar con dinero público al mantenimiento en cuestiones de Tauromaquia por exigencias de Vox, en folclorismos absurdos y en gastos escandalosos como es el caso del campo de fútbol de la Romareda y el estadio modular. ¿Qué significa aligerar el trabajo de los funcionarios? ¿Acaso están abatidos en sus despachos por un excesivo trabajo acumulado y no dan más de sí en el ejercicio de sus funciones? ¿Fue necesario su viaje a China? ¿Y el del próximo mes de mayo a Estados Unidos para reunirse con los responsables de Google y Microsoft y participar en una misión comercial en Miami? El objetivo de esa misión allende los mares -sigue señalando la prensa- en la que también participará el consejero de Economía, Carlos Gimeno, “consiste en fortalecer los lazos de Zaragoza con diversas instituciones y empresas locales, así como el fomento del intercambio cultural y económico”. ¿Acaso los norteamericanos saben dónde se encuentra Zaragoza dentro del mapa? Turner, vicepresidente de Google, visitó nuestra Ciudad el pasado 5 de noviembre para vender a Chueca la moto, es decir, “para presentar una colaboración con el Consistorio relacionada con la IA, cuyo primer proyecto estaría basado en el análisis de los tejados de la ciudad, con el objetivo de radiografiar en 3D las mejores zonas y lograr una mayor eficiencia en el aprovechamiento de la energía solar”. Y tras visitar California, la alcaldesa se desplazará hasta Miami (o sea, de la costa oeste a la costa este) en un periplo comercial “en el que se llevará a cabo una ronda de contactos empresariales en relación con el turismo, la tecnología, las energías renovables y la logística”. A esta mujer multidisciplinar habría que hacerla de inmediato (cuando gobierne nuestros destinos patrios Núñez Feijóo, por supuesto) superministra de Asuntos Exteriores, de Fomento, de Turismo y de los Grandes Expresos Europeos, todos ellos fusionados en una sola cartera, en una cartera como las de los carteros, como se hizo con Justicia e Interior durante el cuarto mandato de Felipe González, siendo su titular Juan Alberto Belloch. A la alcaldesa Chueca, además, deberíamos erigirle un monumento por suscripción popular, con la siguiente inscripción tallada en granito: “A Natalia Chueca, de este pueblo agradecido que te adora y que de tu amor favor implora. Zaragoza, MMXXV”. Qué menos.
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