martes, 1 de julio de 2008

Cosas de aquí

En este secano de montes calcinados, héroes cecijuntos y "mala virgen" a flor de piel, estamos haciendo de las "greguerías" ramonianas un decálogo para andar por la vida con más pena que gloria. En este alcachofal, digo, debería haber algo más que cerebros en barbecho. Con el triunfo del equipo español ante Alemania, nada importan ya las hipotecas a cien años, el precio de la gasolina, la subida de la luz y las insufribles tasas municipales.
Por otro lado, los grupos de opinión permanecen callados mirándose el ombligo. Nada importa. Ha ganado España y el hecho de habernos quedado "huérfanos de criterios" a nadie importa. Ya sólo se hacen peregrinaciones civiles a los estadios de fútbol. Menos mal que la ministra Bibiana Aído ha hecho bueno el Concilio de Nicea, donde por un sólo voto a favor se aclaró que la mujer tenía alma. ¡Menos mal! Ya me voy mucho más tranquilo a dormir.

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