viernes, 4 de julio de 2008

Vicios y virtudes

Todos los días tengo el vicio impenitente de leer a Rafael Reig en "Público". Hoy viernes contesta a la carta de un señor de la provincia de Gerona, que se tira de los pelos por el hecho de que en verano hay fiestas patronales y los muchachos beben alcohol, llegan tarde a casa y "meten mano" a la chica que se deje.
En ese sentido, señala Reig que "cuando convergen los tres factores de riesgo (copichuelas, coqueteo y nocturnidad) se forma un Muy Misterioso Triángulo de las Bermudas, en el que el joven en cuestión desaparece igual que los aviones". Y añade el caso (sobrecogedor dice él) de Adela F., una joven que pintaba acuarelas, leía a Neruda y quería ser veterinaria, acudió a una "inocente" verbena veraniega en un pueblo del Guadarrama y que cuando apareció en otro lugar, años después, estaba casada con un inspector de Hacienda, votaba al PP, sólo leía a Ruiz Zafón y no recordaba nada de su vida anterior. La historia es curiosa, aunque así contada produce costernación. Es peor lo de Zaragoza, lo de la Expo. Allí hay un pabellón de la Santa Sede, que ya ha anunciado un Congreso Internacional sobre Ecología para los próximos días 10 y 12 de julio. El cardenal Martino, que parece ser un experto en ecología y medio ambiente, según afirma José María Gorgojo, director general de ese pabellón, ya ha aclarado que la Iglesia Católica condena el uso de la energía nuclear para fines bélicos, pero no para uso civil. En el pabellón de la Santa Sede se habla del agua, pero del agua bendita, de Adán y Eva, y se pretende hacer los agujeros del hisopo más pequeños para no derrochar el agua a la hora de asperjear a los católicos, que sin duda se acercan pensando que dan algo de degustación, o sea, hostias con gluten, y que se jodan los celíacos. Amén.

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