miércoles, 23 de julio de 2008

¡Pero qué sinvergüenzas!

Lo bueno que tiene un blog es que su autor puede decir lo que le venga en gana. Lo que no es de recibo es que algunos sinvergüenzas se aprovechen para disparar toda su artillería sobre personas que, como es el caso de Adolfo Suárez, merecen respeto y consideración. Está claro que sin UCD no hubiese existido AP. Pero también está claro que un gran número de españoles no estamos dispuestos a borrar la memoria histórica, por mucho que lo pretendiesen en su día quienes hicieron la Constitución.
En "Libertad Digital", F.J.L. comenta la foto de espaldas del rey Juan Carlos con Adolfo Suárez, y dice lo siguiente: "lo visto, a sabiendas de, víctima del alzheimer, no reconoce a nadie. Suárez pasa así a la historia por segunda vez, pero ahora como símbolo de una España sin memoria, entendimiento ni voluntad. He ahí España, llevada del brazo, del hombro, viéndolo todo pero sin enterarse de nada. He ahí el cuerpo vivo, pero intelectual y moralmente muerto de la nación española".
En fin, a F.J.L. le gusta escribir pasando por encima de quienes respetamos España, y le gusta hablar en la radio de la Conferencia Episcopal sin dejar títere con cabeza. Pero F.J.L. se acobarda en los tribunales de justicia, porque es un miserable además de cobarde. Pero, si culpa tiene él, más la tiene aún quienes le pagan. F.J.L. se ha convertido en "la voz de su amo" de un aparato religioso que pretende acaparar lo divino y lo humano y que sueña por retroceder al "nacional-catolicismo", donde a ningún funcionario del Cielo se le castigaba por pederastia. Todo lo más, cuando la cosa se ponía fea, al pederasta lo trasladaban de diócesis y punto en boca. ¡Pero qué sinvergüenza!

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