domingo, 6 de enero de 2013

Las cuatro "efes" del Gobierno




Cuenta hoy Joaquín Carbonell en El Periódico de Aragón que “vuelve la patria y el mensaje de las tres efes: Franco, Fútbol y Fabiola, los ejes sobre los que circulaban aquellos documentales de obligada proyección en los cines españoles. Siempre salía Franco, inaugurando algo, siempre salía el Madrid ganando alguna Copa de Europa y siempre salía Fabiola, la reina española de Bélgica, en misa comulgando”. Ciertamente, con la llegada de la Derecha al poder omnímodo de la gaviota en  España, con la supresión de la asignatura “Educación para la ciudadanía” y el despertar de un  nacional-catolicismo durmiente, ahora vivito, coleando y donde vergonzosamente se prima a los colegios concertados con la ayuda de un ministro, Wert, postrado mansamente a los pies del cardenal Rouco Varela, la televisión pública ha virado al color sepia de repente y se le ha añadido otra “efe” a las tres señaladas por Carbonell: la sustitución progresiva de serios corresponsales en plantilla de TVE, con méritos destacados y  a los que se les ha dado puerta, por advenedizos de la Agencia Efe, por mor ese talante privatizador que todo lo cubre de azul. Pues bien, en consecuencia, los telediarios han sufrido un serio revés en sus audiencias. Por si ello fuera poco,  no pasa día sin que repongan en pantalla edulcorantes películas de aquel cine rancio de la España cañí (iba a decir de la España hambrienta, pero hoy existe tanto hambre como entonces), deporte hasta en la sopa y un enaltecimiento de la figura del Rey hasta la grosería. Sólo queda, seguro que llegará, volver a crear en los pueblos esos espacios sociales llamados “tele-clubs” donde pueda reunirse a los vecinos a la caída de la tarde para ver “Marcelino, pan y vino” o una versión actualizada de “Crónicas de un pueblo”, aquella serie estrenada en 1971 con guión de Juan Farias y dirección de Antonio Mercero, en torno a un pueblo de Castilla,  Puebla Nueva del Rey Sancho, donde todos los vecinos eran protagonistas: el alcalde, el cura, el cabo de la Guardia Civil, el maestro, el alguacil, el cartero, el conductor del autobús, la boticaria y los niños de la escuela. Pero una serie, también, donde se metía entre col y col, lechuga; o sea,  se aprovechaba el tirón de la audiencia para adoctrinar a los televidentes con el Fuero de los Españoles.

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