El portavoz adjunto del PP en la Eurocámara, Esteban
González Pons, en entrevista en TVE, contó que en Bruselas a Pablo Iglesias le
llaman “nieto de Ceausescu”. A él, a González Pons, no sabemos cómo le llamarán, porque el último
en enterarse de que tiene un mote es el que lo posee. De cualquier manera, este
eurodiputado valenciano debería centrarse en sus quehaceres y justificar su
elevado sueldo en vez de decir tonterías. También señaló ese eurodiputado que
“en épocas de crisis la extrema izquierda tiende a subir”. Hombre, no sucede
tal cosa con la extrema derecha por una simple razón: el franquismo residual
está incrustado en las filas del Partido Popular. Pero yo sí sé cómo llamó en
su carta dominical Pedro J. Ramírez, que el diario El Mundo no quiso publicar,
a Mariano Rajoy: crustáceo exánime, estafermo, autómata sin iniciativa,
papamoscas de la Catedral
de Burgos, maniquí barbudo… Bueno, y qué. Motejar no ayuda a resolver las
cosas. El anterior Jefe del Estado, Juan Carlos de Borbón conocía a Ceausescu
desde 1971, cuando se encontraron en Teherán en una ceremonia ofrecida por
el sah Mohammad Reza Pahlavi Aryamehr, y
hasta parece que se cayeron bien. De hecho, Juan Carlos de Borbón, entonces
todavía príncipe de España decidió entrar en contacto con Ceausescu, y mandar
un emisario a Bucarest en 1975. Y aquel emisario fue Cristóbal Colón de
Carvajal, que le transmitió el mensaje de que el príncipe estaba decidido a democratizar
España cuando reinase. La petición en aquel contacto consistía en que Ceausescu
convenciera a su amigo Santiago Carrillo, entonces líder del PCE, y que pasó gran parte de su exilio en
Bucarest, de que no se opusiera a la Monarquía.
Lo que no sospechó Carrillo es que en España se había pactado
un bipartidismo, como así ocurrió tras el desastre electoral de UCD. Un
bipartidismo que todavía hoy, treinta y tantos años más tarde, ha terminado
convirtiéndose en una réplica repugnante de lo que sucedió tras la Restauración, entre
conservadores y liberales, durante el reinado del bisabuelo del ahora rey
cesante.
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