El diario ABC se pregunta entre
sus páginas. “¿Envenenó Fernando el Católico a Felipe el Hermoso?”. En 1504
nombraron reina de Castilla a Juana. Pero pasando por encima de la “concordia
de Salamanca” (1505) recuerda el diario madrileño el hecho histórico “donde se acordó un gobierno conjunto de Felipe,
Fernando “el Católico” y la propia Juana, esta situación terminó con la llegada
del borgoñés a la península, quien convenció a parte de la nobleza castellana,
a base de regalos y concesiones, de que el suponía una amenaza menor que la
procedente de un rey aragonés. El duque
de Medina-Sidonia y el cardenal
Cisneros no dudaron apoyar al extranjero. Visiblemente ofendido,
Fernando se retiró a Aragón y Felipe fue proclamado Rey de Castilla el 12 de
julio 1506 en las Cortes de Valladolid
con el nombre de Felipe I. Un reinado que solo duraría dos meses”. En 1504
moría la reina Isabel de cáncer de endometrio. Muerto Felipe I y al declarar
incapacitada a Juana de Castilla, Fernando II de Aragón se hizo cargo del Reino
de Castilla. Como también había muerto el príncipe heredero Juan, Fernando II
de Aragón se obsesionó con tener un hijo y en 1505 no dudó en casarse en
segundas nupcias con Germana de Foix, 36 años más joven que Fernando, hija de
Juan I de Narbona y de María de Orleáns, hermana de Luis XII de Francia. Por
cierto, el aspecto facial de Isabel de Castilla se ha relacionado, no sé por
qué razón, con la señora que aparece sentada señalando algo en un libro en el
famoso “Cuadro de la mosca”, o de la “Virgen de la mosca”, que se conserva en
la sacristía de la Colegiata
de Toro, y que es una tabla pintada al óleo de autor desconocido que tiene una
mosca pintada en el manto rojo y sobre la rodilla izquierda, que da la sensación de ser una mosca real posada sobre la tabla a modo de
trampantojo, un recurso muy empleado en la pintura griega, romana y
renacentista. Detrás, a la derecha hay un fraile con libro al que atribuyen la
viva imagen de fray Diego de Deza. Y a la izquierda algunos aseguran que se
trata de la figura de María Magdalena. Otros expertos entienden que la mujer sentada en
primer plano a la derecha del cuadro es santa Catalina de Alejandría. Ese
cuadro, al parecer flamenco, se restauró
en 1966 y parece estar pintado en Flandes entre los años 1518 y 1525. Tampoco
sé cómo llegó a Toro. Pero a lo que iba. Fernando murió antes de que llegase al
mundo su ansiado hijo y cuando Carlos I llegó a España se enamoró locamente de
Germana. Él tenía 17 años y ella (su abuelastra) 29. Si alguien está interesado
en conocer de forma novelada la figura de Germana de Foix, recomiendo la
lectura de “Jaque a la reina muerta”, de Carmen Güell (La esfera de los
libros). Parece ser que Fernando II de Aragón, durante los diez años de su matrimonio
con Germana de Foix, adoleció de una cierta impotencia. En determinado momento
de su vida mandó que se le suministrara un potente afrodisíaco, cuya receta
contenía testículos de toro. Pero no fue por el exceso del consumo de
testículos de toro de lo que enfermó, sino del otro afrodisíaco: la
cantaridina, extraída de la cantárida Lytta
vesicatoria, un escarabajo de
color entre verde y amarillo metalizado. La cantaridina, que comenzó a tomar el
rey en 1513, es un tóxico que irrita la piel, las mucosas y que
consumido por vía oral provoca la irritación de las vías urinarias y un
importante priapismo. Aquel tóxico le produjo una nefritis que acabó con su
vida dos años más tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario