El artículo de David
Jiménez de hoy en El Mundo debe
hacernos reflexionar a todos los ciudadanos, pero también a los componentes del
Consejo de Ministros. Su trabajo “No es
país para leyes” da en el centro de la diana cuando afirma que “atar en
corto a los jueces ha sido desde entonces [desde que Alfonso Guerra parece ser que dijera ‘Montesquieu ha muerto’] la determinación, entre otros, de Mariano
Rajoy, que cuando hace dos años tuvo que elegir entre cumplir su
compromiso electoral de reforzar la independencia de la justicia o debilitarla
en beneficio de su partido, optó por lo segundo”. También pega en la diana
cuando escribe que “la Púnica,
demuestran que la España
del pelotazo sigue gozando de inmejorable salud” y cuando afirma que “España ha
entrado en una especie de viejo oeste legislativo donde cada cacique local,
provincial o regional decide qué leyes son de su suficiente agrado como para
molestarse en aplicarlas: Artur Mas cree que es él y no la
justicia quien debe decidir cuántas horas de castellano reciben los estudiantes
catalanes; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se mofa de la
norma que obliga a decorar el consistorio con una imagen de Felipe VI
–‘no encontraba’ un retrato para sustituir al guillotinado Juan
Carlos I- y una decena de autonomías han anunciado que no aplicarán la Ley
Orgánica para la
mejora de la Calidad
Educativa (Lomce)”. Pero llegados a este punto, debo
hacer una precisión: al anterior jefe del Estado nadie le ha guillotinado. Su
busto en bronce, que presidía la
Sala de Plenos del Consistorio barcelonés, ha sido colocado
en una caja de cartón con mucho cuidado y quitado de allí, puesto que el rey
emérito, por mucho que se le siga llamando rey, ya no representa a los
españoles. Si acaso, a los hosteleros que aparecen en la Guía
Michelín.Y el retrato de Felipe VI, que miembros del PP
intentaron colocar apoyado en el lienzo de Francisco
Masriera, a punto estuvo de hacer un destrozo de padre y muy señor mío en
esa obra maestra del genial pintor. ¿Sabrán esos sansirolés quién fue Masriera?
Si por ley hay que colocar un retrato real en la Sala de Plenos, que se ponga,
pero con el debido cuidado. Pero recuerdo a David Jiménez que sólo es de ley
colocar un cuadro en cada edificio oficial, en el sitio que sea. El retrato del
Rey merece respeto, pero tampoco es la custodia del Altar Mayor de la Catedral de Lugo. Y a la derechona, que de
repente se ha vuelto más monárquica que el Espadón
de Loja, le diría que nunca se debe adorar al santo por la peana por mucho
que en esa basa se encuentre el cepillo de las limosnas.
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