Me entero de que uno de estos días comenzará a molturar
remolacha la única fábrica de azúcar que queda en Andalucía: la Azucarera de Guadalete, situada en Jerez de la Frontera. Según
leo en La Voz del
Sur, “la historia de las azucareras en Jerez puede empezar a contarse a
partir del 15 de noviembre de 1897, cuando la Gaceta de Madrid anunciaba la subasta pública
para la ‘concesión de un canal de riego derivado del Río Guadalete’, con un
presupuesto de partida de 1.227.968 pesetas. Aquel proyecto tenía como
finalidad la construcción de una presa o azud en el Vado de los Hornos -lugar
que acabaría siendo conocido como La
Corta-, para poner en riego las vegas cercanas a El Portal.
Era necesario buscar alternativas al cultivo de la vid en una época de
enorme paro en el Sur. “La construcción del Pantano de Guadalcacín, que habría
de esperar aún más de una década, estuvo precedida por una iniciativa más
modesta: los regadíos, de unas 2000 hectáreas, en las vegas de los Villares,
El Torno, las Quinientas, El Palmar y El Portal que la Sociedad Agrícola Industrial del Guadalete pretendía desarrollar mediante una amplia
red de acequias. Y con ellos la introducción del cultivo de la remolacha y la
construcción de la primera fábrica de azúcar en nuestra provincia: la Azucarera Jerezana, en El Portal”. Se inició la
construcción de esa azucarera en 1899, casi coincidiendo con la pérdida de Cuba
y Filipinas. Como consecuencia del bajo porcentaje de sacarosa en las
remolachas cultivadas, la nueva fábrica
tuvo que cerrar en 1906 y su maquinaria vendida a otros ingenios que se estaban
construyendo en distintas partes de nuestra geografía. “Y aquí, en una de esas
curiosas idas y venidas de la historia –sigue contando La Voz del Sur-, entra en juego un técnico
mecánico, Nicolás Moliner Gallego, a
quien encontramos en el mes de noviembre de 1919 desmontando en El Portal una
de estas máquinas de la
Azucarera Jerezana
para trasladarla a la Azucarera del Jalón, en Épila (Zaragoza), donde
trabajaba. Su hijo, Salvador Moliner
Ortega –quien se emplearía años más tarde en la misma empresa- nació en
Jerez durante la estancia temporal de su familia, que regresó, cumplida la
tarea, a la localidad aragonesa. Cincuenta años después, por esas paradojas de
la vida, la Azucarera del Jalón se cerró y su maquinaria se
desmontó para ser trasladada a la nueva Azucarera
de Jédula, de la Compañía de Industrias Agrícolas. Tras el
abandono casi en su totalidad del cultivo de la remolacha en los campos
gaditanos, será partir de los años 50 cuando vuelve a aparecer para sustituir
parcialmente al algodón en los secanos de la provincia”. Pero en 1959 Eisenhower hizo a Franco
el regalo de una visita a España y avaló así la entrada del régimen franquista,
rechazado por las democracias occidentales, en la órbita internacional. El “Pacto de Madrid” de 1953 culminó con la
construcción de las bases de Torrejón de Ardoz, Rota, Morón de la Frontera y Zaragoza y la
construcción del oleoducto Rota-Zaragoza. España tenía en 1959 la misma renta per cápita que Chile, Costa Rica y
Nicaragua. Nuestro país había dejado de
recibir la Ayuda Oficial al Desarrollo y experimentó una caída
del 8% de su PIB per cápita,
excluidos los 13.000 millones de dólares de ayuda norteamericana entre 1947-58.
Lo cierto es que parte de la “ayuda americana”, las donaciones y parte de los
préstamos se organizaron en función de los intereses americanos. Así, tanto en
las donaciones de productos alimenticios (que distribuyó Cáritas por las
escuelas y parroquias) como los préstamos concedidos para la compra de
productos agrícolas, permitieron la salida de excedentes, entre ellas el
algodón. Ello fue la causa de que en Andalucía se volviese al cultivo de remolacha azucarera y a la creación de nuevos
ingenios del azúcar: en Los Rosales (Tocina); en Villarrubia (Córdoba), etc. Ebro, Compañía
de Azúcares y Alcoholes, por
ejemplo, desmontaba en 1965 su Azucarera
del Gállego, en Zaragoza, y trasladaba parte de su maquinaria aprovechable
a la Azucarera
del Guadalcacín, instalada en unos terrenos de 33 hectáreas
adquiridas en Pozoalbero, que sería inaugurada el 9 de julio e 1968 por el
entonces ministro Gregorio López Bravo
y el alcalde de Jerez, Miguel Primo de
Rivera. Al año siguiente comenzaba a funcionar la Azucarera de Guadalete, de la Sociedad General Azucarera de España, en el polígono El
Portal. La historia de las azucareras en Andalucía es larga y dificultosa. Pero
como indicaba al principio, de todas
ellas, que fueron muchas más, sólo queda una en funcionamiento: la Azucarera del Guadalete. Un ingenio de caña dulce
en Salobreña, en la costa granadina cerca de Motril: la Azucarera de Guadalfeo, de la Cooperativa Cañera, última que
quedaba en Europa, también ha desaparecido.
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