Cuenta Anson en El Mundo que “el Sanchexit podría resolver las
cosas. Son muchos los dirigentes socialistas que desean herborizar al hombre
que ha conducido al PSOE a las fronteras de la catástrofe”. Y Anson, que
ahora compara a Felipe González con Cánovas del Castillo, gira en redondo
sobre la baldosa de sus ideas, como cuando se baila el chotis, llegando a la
misma conclusión que lo haría el clérigo egipcio Kalikatres, o sea, el personaje de las viñetas de Ángel Menéndez. La familia Trapisonda,
la que habita en la madrileña calle de Ferraz, 70, es consciente de sus malos resultados, 85
escaños, 85, y muchos barones cabreados por los acontecimientos ya están
pensando cómo ingeniárselas para quitar la secretaría general a Pedro Sánchez, ese Fan Fan
tras su viaje a ninguna parte siguiendo la estela de las cigüeñas en su
emigración por el mercado de Rotterdan, con pequeños quesos transportados en
cestos por hombres vestidos de holandeses. Pero la quinta esencia del químico
Rubalcaba no le ha servido a Fan Fan para convertir los pequeños quesos
holandeses en fórmulas magistrales que ilusionen a los ciudadanos. Hasta Susana Díaz ha tenido en Andalucía un adelantamiento
por la derecha sin echar el intermitente. Ahora toca hacer números: la suma de
Partido Popular, Ciudadanos, Partido Nacionalista Vasco y Coalición Canaria
dejaría al partido ganador a un escaño
de la mayoría absoluta y de la investidura de Rajoy. Como bien entiende Anson: “Bastaría con que algún
socialista se abstuviera o se ausentara para que se fracturara el bloqueo
institucional”. Como último recurso, ya puestos a ser malpensados, hasta podría
brotar de forma espontánea un golondrino, o sea, un tránsfuga, al estilo de Gomáriz en Aragón; o un despistado que
se equivocase al apretar el botón en el Hemiciclo durante la votación. En pocas
palabras, hasta una inoportuna diarrea estival podría obrar el sortilegio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario