Me entero por el diario Heraldo
de Aragón que en los anuncios de determinadas inmobiliarias ya se anuncian
ventas de sepulturas de “segunda mano” en el Cementerio de Torrero. El precio
del nicho depende de dos factores: de la ubicación y de la altura, como si se
estuviesen refiriendo a una finca urbana en el
Paseo de Ruiseñores. Su precio
oscila entre los 2.500 y los 12.000 euros. El periódico local ya se ha
adelantado a afirmar que “en nuestra política no cabe ese tipo de anuncios”. ¿Y
por qué no? ¿Acaso no existen anuncios de contactos y de personas que ofrecen
sus servicios? La normativa vigente señala que “las tumbas y sepulturas que se
venden entre particulares, denominadas 'a perpetuidad', son aquellas que fueron
adquiridas antes de 1990, año en que se modificó ese
procedimiento, limitando su duración a 49 años para nichos, columbarios y depósitos
en tierra -con derecho a prórrogas sucesivas-, y a 99 años para sepulturas,
panteones y capillas, pudiéndose, en caso de nichos, hacer
renovaciones cada 5 años”. En uno de los anuncios publicitarios se recalca:
“bien situado y a la sombra”. En otro: “Al lado del campo de fútbol”. En
resumidas cuentas, si encuentra el lector en cualquier catálogo de inmobiliarias el anuncio “terreno en venta
en Avenida de América, 96, barrio de Torrero”, que sea consciente de que le
están invitando a adquirir un hueco donde un día puedan reposar sus restos. Con
la escritura notarial de adquisición de nicho y una buena póliza de decesos ya
puede uno morirse tranquilo, o sea. Mejor aún si el sacerdote, supuesto experto
en el Más Allá -que en el Más Acá se las sabe todas- hisopa, impone los santos
oleos y le canturrea al moribundo el responso “Libera me dómine de morte aeternam, in die illa tremenda…”, o sea, el Libera Me, que no es el comienzo de una canción de El Titi y que tampoco tiene nada tiene
que ver con “la olivera” (al referirise a "la libera") expresada en
la jota La Magallonera, del
maestro Ramón Salvador. Jota
aragonesa que, a mi entender, nadie interpretó con la maestría de la oscense Camila Gracia. Dice la letra de esa
jota: "Pulida magallonera, / anda y dile
al Santo Cristo / que cuando me llame al cielo / que me cante la olivera…”.
Curiosamente, nadie corrige el disparate.
1 comentario:
Tienes toda la razón. Ya vale de desvirtuar una jota tan preciosa.
Publicar un comentario